Arrancó el nuevo gobierno de Gustavo Petro, existe mucha expectativa por el camino que tome, de una parte, gran esperanza de las clases populares que esperan de él mejorar sus condiciones de vida y un futuro más promisorio. De otra, existe desconfianza, se cree que podría irse por el camino del populismo con medidas que afecten el desarrollo del país y vulnere la libertad produciendo una estampida de capitales, generando una inflación que afecte la canasta familiar y los ingresos de la gente. Otros piensan que va a hacer las cosas bien, que arreglará aquello que no rueda satisfactoriamente para el progreso y avance del país, que ajustará a la clase política para un mejor desempeño, que combatirá la corrupción para optimizar los recursos nacionales y la inversión social, respetando la institucionalidad, la democracia y la Constitución como lo hizo en su juramento de posesión.
Es temprano para saber cuál camino irá a tomar o si es un poco de cada escenario, no hay todavía claridad hasta que comiencen a asomar las primeras medidas. Por lo pronto, el gabinete nombrado es de personas experimentadas provenientes de diferentes partidos e ideologías, profesiones y oficios, desde liberales, conservadores, neoliberales, socialistas, ambientalistas, izquierdistas moderados y otros extremos, los hay juristas, técnicos, económicos, líderes sociales, políticos, deportistas, en fin. Es una selección que obedece al gusto de mucha gente.
Por lo pronto y desde su primer día de gobierno que fue el mismo de la posesión empezó su labor, lo que indica que pretende ganar tiempo. Tiene retos inmensos como acertar en la reforma tributaria que es su primer paso, que la aprueben y garantice resultados, de ahí siguen otras reformas que se verán en el transcurso de los días. Pero una de las labores más importantes es lo que vaya a plantear con los grupos alzados en armas, excompañeros motivacionales de guerrilla en su época, aunque no fueran de su grupo, digo el Eln, las disidencias de las Farc y sobre todo con los grupos del crimen organizado como el clan del golfo y otros más cuya actividad principal es el narcotráfico.
En fin, falta tiempo aún para que se vaya perfilando en temas como los hidrocarburos, la erradicación de cultivos ilícitos, la relación con Venezuela y los Estados Unidos, la reforma a la salud y demás asuntos que impactan al país.
Fomentar la industria, el comercio y turismo es vital para la economía y el empleo, pero para ello se requiere un país en paz. Habló de potenciar a la mujer, al campesino, la pequeña y mediana empresa y eso está muy bien, pero guardó silencio respecto a las grandes empresas que generan enorme tributación y trabajo a millones de colombianos. Total, que es prematuro evaluar, solo el tiempo lo dirá y ojalá este gobierno haga un buen desempeño para el bien del país. ¡Está por verse!
El acto de posesión fue brillante y fastuoso, en los años que llevo viendo posesiones presidenciales, nunca había existido uno así, con reyes, presidentes y el pueblo. Este ha sido, a mi juicio, apoteósico.