Este domingo 19 de junio estaremos votando en segunda vuelta para la elección de quienes ocuparán los cargos de Presidente y Vicepresidente de la República de Colombia. En esta ocasión, quien saque la mayor votación entre los dos candidatos, quedará elegido. Esto, independientemente de lo que refleje la votación en blanco.
Son varias las firmas encuestadoras que han sido contratadas por empresas o medios de comunicación y alguna otra por iniciativa propia. Todas han medido la intención de voto frente a todos los candidatos y los resultados y si bien presentan diferencias, parecen reflejar las mismas tendencias. La mayoría dan como ganador a Rodolfo Hernández, otras le dan la victoria a Gustavo Petro, pero por lo general los porcentajes se mantienen en franjas constantes.
En ambos casos, los candidatos se han sabido conectar con el sentir de la ciudadanía que está cansada de los abusos de poder, de la corrupción y de las falsas promesas. Por eso, no se trata simplemente de un cambio de gobierno, como en otras oportunidades, sino de una apuesta ciudadana por nuevas visiones ideológicas, las que no necesariamente reflejan programas estructurados sino sentimientos y necesidades de cambio, cultivo perfecto para planteamientos populistas.
Llama la atención que, mirando la evolución de las diferentes mediciones, todo parece indicar que ya llegó a un techo para la segunda vuelta el candidato Gustavo Petro, motivo por el cual ha empezado una verdadera guerra de desprestigio frente al candidato Rodolfo Hernández, para que los electores confundidos por la mala publicidad que le han venido haciendo por sus calidades para gobernar, no voten directamente por este candidato y resuelvan regalar su oportunidad al “voto en blanco”, actitud esta que beneficiaría a Petro, al lograr con esta estrategia disminuir las diferencias entre los candidatos. Por eso, vemos como la ciudadanía desesperada le ruega a la población que no caigamos en la trampa de votar en blanco o dejar de votar, porque votar en blanco o no votar es equivalente a regalarle la victoria a Gustavo Petro.
Rodolfo Hernández, quien refleja una sorpresa en estas elecciones, ha sido apoyado por las principales fuerzas que participaron en la primera vuelta: Federico Gutiérrez, Ingrid Betancur, los hermanos Galán y otra serie de líderes tanto regionales como nacionales. Por su lado, otras personas como Sergio Fajardo han anunciado que no votarán por el candidato Petro pero tampoco han indicado que el sentido de su voto vaya a resultar en un apoyo para Hernández.
Los resultados finales en la segunda vuelta serán una especia de voto-finish, pues el ambiente de polarización que se ha generado en el país lleva a un país dividido en la mitad que se debatirá por quienes votan por convicción por un candidato y otros que lo hacen en contra de otro, acercándonos a aquel plebiscito que vivió el país con los acuerdos de paz.
Lo que es cierto es que puede estar en juego nuestro sistema político, económico e incluso social. Debemos aprovechar las justas electorales que se avecinan para derrotar la corrupción, reforzar la institucionalidad, fortalecer la democracia y escoger la mejor opción para construir un país donde impere la libertad y se recuperen los valores éticos y principios morales perdidos.
Los tiempos que vienen no serán fáciles y tenemos que esperar que nuestros gobernantes sean los mejores y que sean prenda de garantía de los cambios que se requieren hacer, en el marco de un Estado de Derecho.