Nada parecido al Brexit | El Nuevo Siglo
Sábado, 15 de Julio de 2017

Desde las orillas de Arnoldo o de Guillermo I el Conquistador, como se prefiera, se percibe el desaliento de los ingleses. Ese desaliento propio de quienes perdieron mucho ganando unas elecciones paradójicas.

El Reino Unido vive la traumática salida de la Unión Europea, seguramente la más importante conquista de Occidente desde la caída del imperio bizantino. Las cosas no son fáciles como parecen, pues existen muchas cuestiones que mortifican el ritmo de vida de las gentes: el tema de la movilidad de las personas, especialmente por los aires, revela una preocupación inocultable. ¿Qué hacer después del inconmensurable aumento de tránsito y la consecuente bajada de precios en los tiquetes y fletes? ¿Volveremos a los aciagos tiempos de los monopolios de las aerolíneas o, peor aún, de su nacionalización? ¿Padeceremos los estragos de la ineficiencia y la falta de competencia? Esos son los interrogantes de la gente en tan sólo uno de los muchos tópicos que se desprenden de la negociación con “Europa”.

Pero algunas voces, siempre necias, siempre interesadas y siempre ignorantes, acuden al Brexit para compararlo con el plebiscito refrendatario en Colombia del pasado 2 de octubre. Nada más desatinado y más peligroso.

El Brexit versó sobre uno de los tres elementos esenciales del Estado sobre los cuales siempre deberían versar los referendos, a saber, el territorio. Es que los ingleses decidieron no hacer parte de una entidad superior, de lo que podríamos denominar, un Estado confederado. No fue una negociación con terroristas sino una soberana decisión sobre el territorio y el origen del poder político.

El referendo, en cambio, modificaba la Constitución Política incluyendo 310 páginas al ordenamiento jurídico, mientras que el Brexit indicaba el status de Inglaterra en relación con Europa. Allá hablaban entre Estados soberanos y libres, en Colombia entre el gobierno y un grupo que aún hoy en día sigue siendo considerado como terrorista en Europa y USA.

El Brexit no era una cuestión de seguridad nacional ni implicaba damnificar el Estado de Derecho. Por su parte, el Referendo conllevaba no una política de desmovilización y desarme y reinserción únicamente sino una completísima reforma Estatal, una refundación de la patria.

En el Brexit ganaron, lamentablemente, los secesionistas y ahora se ejecuta su mandato con las lágrimas sobre los ojos y el desvelo de los mercados. En Colombia los que ganamos las elecciones perdimos la decisión y el robo posa desapercibido ante los ojos de quienes creen que los robos a la democracia nunca traen consecuencias.

Por estos pagos, para finalizar, el primer Ministro Conservador que defendió la unión y perdió el Brexit, renunció inmediatamente al cargo. En el trópico el Presidente Santos, por no estar en un régimen parlamentario, recibió el premio Nobel de Paz y se afincó en el poder sin mayor legitimidad.

*Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI.

@rpombocajiao