En distintas oportunidades y por diferentes motivos he venido haciendo énfasis en la gravedad que representa para nuestro país que la comunidad internacional nos vuelva a narcotizar la agenda con motivo del incremento de cultivos ilícitos que se ha dado en los últimos años.
Esta situación se ha visto reflejada, en días pasados, a través de las declaraciones del Presidente de los Estados Unidos, algunos de sus parlamentarios y su Embajador en Colombia. En mi opinión es muy grave ya que nos vuelve a situar en un escenario crítico y nos genera dificultades por las consecuencias de esta acción. Además, esto puede llevar a que cada día deteriore nuestro atractivo y disminuyan las posibilidades de inversión extranjera o se nos elija como destino turístico.
Fueron muchos los años que tuvimos que trabajar para lograr desnarcotizar nuestra agenda internacional y concentrar los esfuerzos en otros temas como los tratados económicos, culturales, políticos y de cooperación. También fue difícil lograr proyectar una imagen llamativa para que y en los organismos multilaterales nos vieran como un país interesante, con estabilidad jurídica y en el que se trabajaba arduamente en búsqueda de la reconciliación nacional y la paz.
Pero es preocupante que además del incremento en los cultivos ilícitos hay otros aspectos que nos perjudican gravemente. Entre ellos, los escándalos de corrupción que ya han manchado organismos de maneras inimaginables, como ha sido el caso de la rama judicial, incluso en sus máximas autoridades. Qué vergüenza… Y claro, también se ha presentado un cambio de escenario para el inversionista, en el que las reglas han cambiado por el incremento exagerado en los tributos, la inseguridad hasta en las grandes ciudades y la inestabilidad de fundamentos en las consultas populares para la realización o ejecución de obras en especial en el campo de la minería y los petróleos.
Todos estos terribles hechos han llevado también a que la inversión extranjera haya disminuido en forma notoria, empresarios colombianos estén buscando residencia Fiscal en otros países, el consumo haya disminuido en forma importante e inesperada, se esté dando una fuga de cerebros, empresarios y profesionales que están buscando otros países para vivir. A todo esto hay que agregarle la polarización en que nos encontramos que en algunos casos es con odio.
Y para sumarle a la terrible situación en la que nos encontramos, está el creciente desprestigio de nuestros partidos políticos, la mayoría de líderes, el gobierno y las distintas ramas del poder público. La visita de Su Santidad Francisco nos llenó de fuerza espiritual y encontramos sentido en sus reflexiones e inteligencia, pero pocos días nos duró porque de inmediato volvimos a caer en la realidad que vivimos. Por eso quiero invitar a los líderes políticos, económicos, sociales y al gobierno a que recapacitemos y se preceda con grandeza y humildad a un gran acuerdo nacional de salvamento. De lo contrario podremos entrar en uno de los peores momentos de la historia de nuestro país. Tenemos que actuar con más inteligencia y humildad, renunciando a la mezquindad y el egoísmo.