MONSEÑOR LIBARDO RAMÍREZ GÓMEZ* | El Nuevo Siglo
Domingo, 15 de Septiembre de 2013

¿Catolicismo causa atraso?

 

Con gran despliegue, en uno de los principales medios de comunicación (El Tiempo 29-08-13) de un país de inmensa mayoría católica, el escritor mexicano Francisco Martín Moreno sindica a la Iglesia Católica de ser causante del atraso de América Latina. Ante esto habrá  posible complacencia de parte de quienes no han valorado el inmenso bien que nuestra Iglesia ha aportado a nuestro continente, habrá silencio de escritores  ante el peligro de ser calificados de “atrasados” si les dan un mentís a esos despropósitos, y habrá resignación callada de los fieles ante esas injustas sindicaciones.

         Para ese escritor el nombre de la Iglesia Católica se confunde con desacertadas  acciones de la “Inquisición”, fallas humanas lamentables que se cometieron en una época de la historia en la que hubo excesos graves desde esa institución que se creó para combatir algo tan nocivo entre los pueblos como brujerías y magia. Eso sucedió en determinada época, con denuncias de la Iglesia y aplicación de penas no por ella sino por autoridades civiles. Pero no fue lo único realizado por la comunidad de creyentes en ese momento histórico, enmarcado en esfuerzo para afianzar su propia consistencia independizándose del influjo en ella de los poderes temporales, y distinguiéndose, luego, por benéfico influjo de Papas al estimular  epopeyas como la del descubrimiento de América (1492), con la acción mitigadora de excesos en la Conquista por misioneros como los padres De las Casas y un Santo Toribio de Mogrovejo (1538-1606).

         Que una persona, que nos presentan como muy culta, y portavoz de intelectuales en nuestros días, cierre los ojos para ver solo como Iglesia las  fallas de la Inquisición, es parcialización imperdonable, pues es tan ostensible la obra cultural y el progreso de los pueblos conseguida por mecenas como el Papa Julio II (1503-1513), y otros pontífices y directivos de la Iglesia. No aceptó la Iglesia las tesis calvinistas de bienaventuranza de los que triunfan en lo económico gracias a una “economía salvaje”, que habrá traído avance pero deshumanizado en regiones no católicas, algo inaceptable ante las sabias y ponderadas enseñanzas de su doctrina social basada en el autentico Evangelio.         Decir, que la Iglesia Católica es “uno de los grandes enemigos del progreso de nuestros países”, es desconocer la historia del mismo México en donde el germen del cristianismo difundido por ella fue el que salió en defensa del ser humano, con valientes misioneros predicadores de una laboriosidad que dignifica y enriquece al ser humano, y con héroes de su epopeya liberadora hacia condiciones sociales más dignas como los curas Morelos e Hidalgo. Presentar de aquel  modo las cosas es taparse los ojos ante la labor de la Iglesia en colegios y universidades en nuestros países americanos, y ante hechos de tanto valor como la Expedición Botánica, o experiencias tan progresistas como las Reducciones de los Jesuitas en distintos lugares.

         Hay que destacar, en honor a la verdad, todo el impulso social dado por entidades de ahorro y sindicatos liderados por la Iglesia en Colombia. Cultores de progreso y no artífices de atraso han sido obispos, sacerdotes y laicos católicos, que han amaestrado, aun desde los confesionarios, cultivos agrícolas y artesanales para bien de nuestras comunidades. Que gobernantes hayan actuado con indelicadezas, e industriales con injusticias, fruto del pregón de “uso y abuso de las riquezas”, y haya sido camino de desbarajuste y atraso, es cierto,  pero no la enseñanza y la acción  de una Iglesia bien llamada Madre y Maestra de los pueblos. “¿Catolicismo causa atraso?”, gran falacia. Acabar de raíz con naciones indígenas, como hicieron conquistadores inspirados en pensamientos distintos al católico, no verdadero es progreso. No nos apuntamos a ese estilo, sino al de nuestro menaje católico, así vayamos más despacio.

monlibardoramirez@hotmail.com

*Presidente del Tribunal Ecco. Nacional