Monseñor Libardo Ramírez Gómez* | El Nuevo Siglo
Domingo, 13 de Septiembre de 2015

LA MADRE LAURA

Total entrega a un ideal

Felizmente  la cadena televisiva Caracol dedicó veinticinco emisiones a entrelazar páginas de vida de la “Santa colombiana”.  Fue un gran propósito de destacar el testimonio de esta luchadora mujer enraizada en la fe católica y vivenciadora de ella, con total entrega a un ideal que fue descubriendo en los principios religiosos. Tomó fuerza e inspiración en la oración ante Dios, cuya voluntad quiso realizar en todo instante,  y que cumplió inmersa en las difíciles circunstancias en que se desenvolvió su vivir.

He apreciado la buena voluntad de los directivos de  Caracol al dejar de lado emisiones desbordadas en resaltar fallas en miembros de la Iglesia Católica, y poner  en cambio de relieve el magnifico testimonio de la Madre Laura, paradigma de fidelidad y entrega total a su ideal cristiano. De todo el gran contenido en lo bien logrado de esos capítulos, por la actuación con naturalidad de todos los personajes, por los paisajes y arte cinematográfico, por la claridad y fidelidad al pensamiento de nuestra santa colombiana.

De todo me parece que sintetiza el espíritu de ella y el secreto de su vocación en la respuesta dada, entre las marañas de la selva en diálogo con un periodista. “¿Por qué estas locas aventuras suyas en estas perdidas tierras?”, le pregunta el comunicador social, y ella, a su vez lo interroga sobre su aventura o viaje por la selva. El periodista le responde “es que esta es mi misión”, a lo cual comenta, con énfasis, la misionera entre los indios: “¡pues es que esta es, también, mi misión!”.

No han  faltado los reparos a esa serie televisiva, por no haber solicitado asesoría sobre el contenido a la Comunidad religiosa que fundara la Madre Laura, o por algún  detalle no ajustado a  la verdad de los hechos, pero su contenido ha respondido por el conjunto positivo de esa programación, y el bien que, sin duda, ha hecho en Colombia, al hacer ver a alguien que lucha con decisión y sacrificio con amor y generosidad. Testimonio en contraste con  ideales de odio y destrucción, que otros buscan exaltar como camino de avance y superación de los pueblos. Lo de Laura Montoya debiera destacarse, como felizmente se ha hecho con este programa televisivo, que sí señala sendas hacia real progreso y paz. Poner en pantalla testimonios de ese estilo, como los hemos tenido en un Mahatma Gandhi, un Nelson Mandela, un Pedro Claver, o un Juan XXIII, serían imanes vivos para atraer a caminos de verdadera reconciliación y armonía entre las naciones.

“Con claridad perpetua te amé, y por eso te atraje a mi”, dice Dios en expresión del profeta Jeremías (31,3). Esa realidad la destacó la  Madre Laura al iniciar su edificante autobiografía, sobre la que, en su conjunto, dice,  humildemente: “puedo llamar la historia de la misericordia de Dios en un alma”. Ha podido decir ella, en medio de las circunstancias de su nacimiento (Jericó 16-05-74), con el mismo Profeta: “antes de haberte formado en el vientre te conocía, y antes de que naciera te tenía consagrado”.  (1,5).

Pero,  el caso de esta Santa tan nuestra, no es un singular privilegio sino situación en la cual Dios ha colocado  a cada uno de los humanos, con la diferencia en la respuesta a esas gracias y al camino que se nos ha trazado. “Bienaventurada tú porque has creído”,  (Lc. 1,41) se le dijo a la que supo ser siempre la fiel servidora  y “esclava del Señor” (Lc. 1,38), desde que oyó la voz de Dios y puso en práctica lo que constituye el mayor grado de grandeza ante Dios como  dijo el propio Jesús (Lc.  11,21). Ese el secreto de triunfo, en medio de dificultades, aun con los superiores, que supo afrontar la Madre Laura; así culminó su vida terrena el 21-10-49, a quien se ha exaltado como santa ante la Iglesia universal (13-05-13) para gloria de los colombianos y llamado permanente a una total entrega a un ideal.

monlibardoramirez@hotmail.com

*Expresidente Tribunal Ecco. Nal.