Mientras en foros, congresos y seminarios hablamos del Internet de las cosas, términos como Ciberseguridad, Revolución 4.0, Big Data, Economía digital, Inteligencia artificial, Blockchain, Nube, Fintech, App’s, Smart City, entre otros, en nuestro país aún no consideramos la banda ancha como un servicio público básico esencial y que debe ser universal.
En días pasados, Germán Darío Arias Pimienta, experto de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) aclaró por qué Colombia resultó tan mal calificada en la velocidad de Internet frente a países de Latinoamérica como Chile, Perú y Panamá, pues nuestra nación aún no alcanza los 25 megabits por segundo, nivel básico establecido internacionalmente, “temas geográficos, temas de redes y política pública” fueron las repuestas del Dr. Arias.
En el reciente pasado fui autor de un Proyecto de Acto Legislativo (PAL) con el cual pretendía que la Constitución contemplara la banda ancha como servicio público esencial, (en parte ofreciendo una solución para estar al nivel de otros países) pues una nación que quiera proyectar nuevas generaciones con acceso al conocimiento debe, o mejor, tiene que hacerlo como política de estado, es decir ofrecer banda ancha de calidad, garantizando el acceso a todos.
En esta ocasión presenté un contenido similar con algunas adiciones a manera de reforma de la ley 1341, reorganizando el Fondo de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones- Fontic, dotándolo de autonomía, personería jurídica y patrimonio propio, cuyo objeto principal es financiar planes, programas y proyectos que faciliten prioritariamente el acceso universal de las TIC a todos los habitantes del territorio nacional.
Probablemente por falta de compresión temática o por temor a la estrechez de recursos no tuvo auspicios el PAL, por eso ahora, apelo a que con un mejor entendimiento por parte de mis colegas, evalúen y apoyen esta necesaria propuesta.
Así como en el Congreso se acaban de destinar más recursos para vías terciarias (para los carros a costa de la innovación) este proyecto tiene como propósito destinar recursos que produce el sector de las Tecnologías de la Información en pro de la construcción de la súper autopista para la mente y la inteligencia de los ciudadanos para que lleguen al conocimiento y éste genere inclusión, mejorando vertiginosamente la calidad de vida, este es camino veloz para llegar a la igualdad de acceso a las oportunidades, es decir, salir de la trocha de la pobreza, a la autopista de la prosperidad.
Ahora que se avecina el ingreso de importantes recursos por la venta del espectro del dividendo digital o de las enormes sanciones a la industria celular, es el momento de garantizar a los ciudadanos el acceso universal a la banda ancha. Exhorto al Congreso y al Gobierno para que todos a una, como en Alemania, o Australia, o México, o Japón y hasta la República de Moldavia, y en general como los países desarrollados ya han hecho, para así cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio.