MARTHA LUCIA RAMÍREZ* | El Nuevo Siglo
Martes, 10 de Diciembre de 2013

El narcotráfico en cifras

El narcotráfico es, sin duda, la principal fuente de financiación de los grupos armados ilegales. De acuerdo con Daniel Mejía, entre el 50% y el 60% de los ingresos que entran al país por cuenta del narcotráfico se dirigen a financiar las actividades armadas de las Farc. No debemos dejar de resaltar el inmenso daño que en términos sociales y económicos ha causado el desarrollo de esta actividad.

Por un lado, según Indepaz, desde el 2000 Colombia y Estados Unidos han invertido alrededor de 30.000 millones de dólares en la lucha contra el tráfico de drogas en Colombia. Además, si observamos el Presupuesto General de la Nación para 2014, el 17,9% del mismo está dirigido a defensa. Estos recursos invertidos en el combate contra la guerra y el narcotráfico han impedido que se haga una mayor inversión en bienestar social y desarrollo, dando prioridad a sectores como el de la educación, salud, cultura, vivienda, ciencia y tecnología, por citar algunos.

El narcotráfico tiene además un peso considerable en la economía colombiana, ya que representó el 2,5% del PIB de 2012, y los recursos que entran a causa del lavado de activos, y que alcanzan la considerable cifra de $ 18 billones anuales de acuerdo con la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), generan distorsiones en la economía. Por una parte, como lo comenta Mejía, el principal mecanismo para el lavado es el contrabando, especialmente de licores y cigarrillos, lo que ha afectado en aproximadamente 500.000 millones de pesos anuales los recursos que en materia de impuesto reciben los municipios.

El sector de la construcción también se ha visto afectado, si tenemos en cuenta que el dinero producto del narcotráfico tuvo influencia sobre la burbuja inmobiliaria al aumentar considerablemente la inflación a principios de los años 90, lo que ocasionó que el precio de las viviendas se incrementara y luego con la ruptura de la burbuja se cayeran estrepitosamente disminuyendo el valor de los inmuebles de quienes se habían endeudado para adquirirlos.

y no podemos dejar de lado que los narcotraficantes se han dedicado a adquirir grandes predios con el fin de garantizar, entre otras cosas, el control territorial para el transporte de la droga, pero que no son utilizados productivamente, lo que además de perjudicar a la población campesina al despojarla de sus tierras, genera un daño enorme al desarrollo del campo.

No cabe duda de las nefastas consecuencias del narcotráfico para el país, y de que las Farc desarrollan esta actividad con jugosas ganancias como lo demostró, por poner un ejemplo, la incautación de un laboratorio en el Vichada la semana pasada, que tenía la capacidad para producir 1.200 kilogramos de pasta de base de coca al mes, la cual al ser transformada en clorhidrato de cocaína puede valer aproximadamente 18 millones de dólares. 

Es por esto que el proceso de negociación que adelanta el Gobierno en este punto tiene que ser certero, y coger el toro del narcotráfico por los cachos. No se pueden dejar puertas abiertas a la financiación de las Farc por este medio, ni por ningún otro.

*Con colaboración de Angélica Giraldo