MARTA LUCÍA RAMÍREZ | El Nuevo Siglo
Martes, 25 de Junio de 2013

Punta del iceberg del deterioro económico

 

Después de unos meses del lanzamiento delplan de choque que dinamizará la industria y la agricultura por parte del Gobierno, el PIPE, aún no se ven resultados en la economía, ni en el desempeño industrial que sigue en recesión ya que en lo corrido del año a abril continúa su tendencia negativa - 2,7% según últimas cifras del DANE.

El 69% de los sectores de la economía nacional exhibió fuertes decrecimientos. Se destacan sectores como: industrias de minerales no metálicos; confecciones y textiles; hierro y acero; papel, cartón y sus productos; editorial; caucho e industria química. Varios de estos sectores han presentado el mismo comportamiento desde 2011, como he afirmado en distintas columnas. La industria se encuentra en “jaque” gracias al “modelo de abaratamiento de las importaciones” del Gobierno Santos y las medidas de choque de corto plazo no  cambiarán la tendencia. 

Según cifras de la Superintendencia de Sociedades, 69 empresas cerraron sus puertas en 2012, entre estas los sectores con mayor número de firmas en liquidación son: prendas de vestir, construcción, productos textiles y confeccionados, otros productos de consumo al por menor, lácteos, molinería, alimenticios, caucho y plástico, y metalmecánicos. En el presente año, el país observó con estupor el cierre de una industria emblemática como Icollantas y de seguro veremos muchas más industrias que salgan por problemas de sostenibilidad y rentabilidad.

La hoja de ruta del país debe estar dirigida hacia una visión integral y de largo plazo, lo que permitirá promover el potencial de cada departamento y beneficiar directamente al sector fabril y a los ciudadanos, permitiendo generar empleos de calidad que brinden la estabilidad que el país necesita para superar las barreras que lo apartan de los países desarrollados. En lo corrido del año, el empleo industrial se contrajo en 1.8% respecto al mismo período del año anterior, y lo más impactante es que los sectores del PTP son en los que más empleos están perdiendo.

La Cepal recomienda que la política macroeconómica y la política industrial no vayan por caminos separados. Se deben articular y construir sinergias para dinamizar la estructura productiva regional hacia la internacionalización. La industria nacional debe ser prioridad en la agenda política del país, impulsando una política industrial de nuevas generación.No se trata de proteger sectores fracasados o poco competitivos, sino de impulsar a aquellos que tienen un verdadero potencial competitivo.

La industria no puede continuar como la mayor damnificada ante los diferentes choques externos e internos ni ante el populismo que mira complaciente a los subsidios como la política adecuada para las clases sociales menos favorecidas. Estimular industrias competitivas es generar empleos de calidad que irán de la mano con innovación, productividad y productos con valor agregado que estimulen nuevas exportaciones y una mejor presencia de productos nacionales de calidad en el mercado interno. Los colombianos necesitan empleos y no asistencialismo y la industria de manufacturas colombiana puede proveerlos . 

Como se observa a nivel mundial, el desarrollo de proveedores y el apoyo de los gobiernos a través de compras estatales, demuestra que es a través de la generación de empleos nacionales de calidad como mejor se puede elevar el nivel de vida y la dignidad de un pueblo. El nuestro sin duda tiene el interés  y el potencial de integrarse al mercado internacional a  través de cadenas de valor, pero el Gobierno Santos no ha tenido ese compromiso.