MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 6 de Agosto de 2014

Comenzamos ma

 

Este Senado comenzó mal. Lo primero que se les ocurre a los senadores Iván Cepeda y Claudia López es abrir un debate contra el expresidente Álvaro Uribe; así las cosas, podemos olvidarnos de ser liderados por grandes pensadores, por líderes con mirada hacia el futuro y el progreso; hombres y mujeres que pongan el bien del país delante de sus odios.

A los colombianos nos hubiera gustado el inicio de las sesiones del Senado con un debate sobre la educación, sobre la salud, sobre el empleo. Mejor aún, sobre lo que pasa en las negociaciones de paz de La Habana. Sobre cómo hacerlas más abiertas y aceptables para todos los colombianos. Sobre cómo obtener una paz honesta, duradera y sin impunidad.

Pero no. A estos personajes les preocupa más hacerle un debate a Uribe, tratar de acabar con quien ha sido el mayor enemigo de sus amigos de las Farc y el Eln. Entonces, olvidémonos de tener debates de gran importancia que saquen a Colombia del atraso y la desigualdad y propongan grandes proyectos. Estos personajes solo quieren acabar con Uribe. Lo demás les importa un bledo.

Pues bien, como ya les ha contestado la bancada de Uribe, sí eso es lo que quieren, eso es lo que tendrán, un gran debate donde se analice no solo las acciones del expresidente, sino también, y muy a fondo, las acciones de las Farc y el Eln: cada crimen, masacre, desaparición, mina quiebrapatas, cada bomba y cilindro explosivo, cada secuestro cometido por las narcoguerrillas; su enriquecimiento ilícito, sus negocios como narcotraficantes, la utilización de niños en los frentes, los abusos sexuales contra mujeres indefensas y, sobre todo, el encubrimiento de los políticos que los han apoyado y de los gobiernos que les han dado protección, como el de la Venezuela chavista y, naturalmente, el de la dictadura de los Castro.

Y, mientras tanto, los debates más necesarios y urgentes, como el de la educación  la salud, la modernización de la infraestructura del país, o la reforma legal, “que se vayan pal carajo”, y me perdonan la expresión, pero es la correcta.

¡Qué mal comienzo! Y lo peor es que esto va a ser así por estos cuatro años a menos que mentes más sensatas se impongan.

Lo lamento pero creo que estamos solo al comienzo de una andanada de debates basados en odio y revancha. No son Cepeda ni López los grandes pensadores y hacedores que el país requiere. Podrían serlo pues tienen la capacidad intelectual necesaria, pero por desgracia, se quedan cortos y están amarrados por sus ideas políticas.

En un país donde sobra el odio, la violencia y la guerra, ellos no serán quienes traigan cordura y paz. Quieren lucirse por su retórica, por su rencor contra Uribe. ¿Y de las necesidades urgentes de los colombianos qué?  

Lástima la oportunidad perdida. Se ha abierto el dique que puede inundar a Colombia una vez más de odio, guerra y sangre. Así podemos odiarnos por el resto de nuestros días, podemos debatir hasta el cansancio y dejar los problemas más apremiantes olvidados. ¡Que pérdida de tiempo! ¡Comenzamos mal!