MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 10 de Agosto de 2011

No es bueno tanto enamoramiento


“No dejar que el país se deslice hacia un partido único" 


LAS  manifestaciones de amor hacia el presidente Santos y su gobierno, al estilo de la que le hizo “apasionadamente” Lucho Garzón, ex alcalde de Bogotá, ex miembro del Polo Democrático, ex miembro del Partido Verde y opositor de Santos hasta hace poco, se multiplican día a día.


Tanto enamoramiento no es bueno para el gobierno, para el país, ni para el mismo Santos. No en vano es bien sabido que “todo exceso es vicioso”.


Nadie niega cuánto hemos avanzado en estos doce meses en temas como las relaciones internacionales, el enfrentamiento a la corrupción, el relajamiento de la polarización entre el Gobierno y las Cortes, el paso de leyes para comenzar a sanar después de décadas de guerra, como son, la Ley de Victimas y de redistribución de tierras.


Pero, por más bueno que haya sido el primer año de Juan Manuel Santos, queda mucho por hacer y esto se logra, no sólo con la colaboración de la mayoría sino con la vigilancia y continua crítica de una oposición fuerte, capaz y responsable. Esto es precisamente de lo que el país carece hoy.


Aparte del ya mencionado enamoramiento, no sólo por parte de los que lo eligieron, sino también de algunos de los que fueran sus detractores, entiéndase Partido Liberal, muchos del Partido Verde y otros de aquí y allá, además de la mayoría de los medios, el Presidente cuenta hoy con 80% del Congreso a su favor.  


El izquierdismo, representado por el Polo Democrático,  debilitado por su incapacidad de crear consenso entre sus propias líneas y su negativa a castigar y expulsar de su seno a personajes manchados por la más abierta corrupción, se ha mostrado incapaz de abrir una discusión sobre deficiencias del gobierno Santos.


¿Por qué tan pocos denuncian la demora para implementar los planes de ayuda a los damnificados del invierno, o la ausencia de una política agresiva para disminuir la pobreza? ¿Qué pasa con la vocación social del Partido Conservador? De este Partido debería venir una constante demanda para que las políticas sociales sean la prioridad del gobierno.


Recientemente, Santos dijo que la lucha contra la pobreza será su próxima prioridad y que antes de terminar su período espera haberla reducido sustancialmente. Esto se logra manteniendo la presión sobre él y sus colaboradores, sin descartar el apoyo cuando sea necesario.  


El crecimiento económico del país es importante, pero la sobrevaloración del peso puede detenerlo; igual sucede con las alarmantes cifras de lavado de dinero que dio recientemente la fiscal Morales. Y qué de la falta de una política  de desarrollo productivo con un presupuesto que la respalde. He aquí algunos temas duros sobre los que falta debate.


Nada peor para una democracia que la lambonería y la ausencia de debate y oposición. No podemos dejar que el país se deslice hacia un partido único. Porque, no nos engañemos, esto es lo que está sucediendo. Sin polarizar volvamos a la divergencia. Dejemos los enamoramientos para los novios.