MARÍA ANDREA NIETO ROMERO | El Nuevo Siglo
Lunes, 12 de Septiembre de 2011

¡Sí! Cadena Perpetua

 “Terminamos con mujeres disfrazadas de mujeres”


ES  inconcebible que las mujeres de Colombia tengamos que aguantarnos que los congresistas del país (con algunas excepciones) defiendan los intereses de los hampones frente a los derechos de las víctimas.


La semana pasada me hervía la sangre al ver al representante Germán Navas Talero defendiendo la “dignidad” de los violadores y al conservador Humprey Roa argumentando que la iniciativa de la senadora Gilma Jiménez es populista.
Desde sus miserables existencias tienen razón estos dos representantes, porque con sus posiciones dejan ver la nula sensibilidad social que tienen frente a la población más vulnerable de nuestro país: los niños y las niñas.


Para estas dos joyas es indigno para la humanidad del violador dejarlo encerrado para el resto de sus vidas por violar, por ejemplo, a la niña de 22 meses o al chiquito cuyo verdugo fue un perro entrenado para tal fin.


Lo más vergonzoso de todo esto no son los congresistas en mención, sino la posición de la única mujer hasta ahora en ocupar el cargo de Fiscal General de la Nación. ¿Qué la propuesta va en contra del sistema jurídico colombiano? No será más bien que este delito miserable no está debidamente contemplado en un sistema judicial permisivo? ¿Cómo es posible que la sensibilidad de mujer no haya primado sobre la fiscal Morales?


Es decepcionante ver que las mujeres que ocupan cargos importantes en la vida política colombiana no tienen el mínimo conocimiento de políticas sociales con perspectiva de género y esto incluye por supuesto a Cristina Plazas, Alta Consejera para la Mujer, que aterrizó en el puesto sin preparación académica y profesional para la defensa de la Mujer y sus obvios intereses como lo son las familias y por supuesto los/as niños/as.


Es una lástima que por más esfuerzos de la ley de cuotas terminamos con mujeres disfrazadas de mujeres que funcionan con el corazón y raciocinio de un hombre.
Desde esta columna invito a todas las colombianas a que nos movilicemos enérgicamente por el bienestar de nuestros niños/as. Tenemos derecho a exigir que el Congreso le permita al pueblo colombiano decidir si queremos cambiar la Constitución Política de Colombia. ¿Quién dijo que la Carta no se puede modificar y con ella el sistema permisivo judicial? ¿El pueblo es el dueño de la Constitución y no los congresistas. ¿Cuál es el miedo de los políticos a que haya cadena perpetua?


Las invito a poner avisos en ventanas de apartamentos, casas y vehículos: ¡Sí! Cadena Perpetua. Defendamos nuestros niños y niñas de los violadores y de los políticos insensibles a esta gravísima realidad colombiana.