MARÍA ANDREA NIETO ROMERO | El Nuevo Siglo
Domingo, 24 de Febrero de 2013

La Reina y el Papa


En su última columna llamada “Saber bajarse del tren”, el doctor Rafael Nieto Navia hace un análisis de las razones que llevaron a Benedicto XVI a renunciar al “trono pontificio”. Análisis respetable pero que en el afán de criticar cómo los medios y los periodistas han cubierto la noticia cae en una antipática afirmación: “ser Papa no es como ser la Reina de Inglaterra”.
Hay que empezar por reconocer que tanto la Iglesia Católica como la Corona Británica son instituciones ante todo políticas. Y fueron creadas precisamente para organizar a la sociedad y las dos son conformadas por seres humanos, porque no voy a negar el principio divino de la Iglesia Católica. Sin lugar a dudas, fue el mismísimo Hijo de Dios su fundador, pero con seguridad que ese Hombre-Dios no esperaba que su Iglesia, fuera a terminar durante siglos atentando contra la dignidad de sus feligreses, empezando por los más pequeños y débiles de todos, sus niños. Y que durante siglos atormentara y menospreciara el papel de la mujer en la sociedad. La Iglesia Católica fue cruel con las mujeres y durante años de historia ha querido dominar el cuerpo de las mujeres, volviendo como pecado las relaciones sexuales entre un hombre y una mujer antes del matrimonio. Ni menciono el tema de la homosexualidad porque me tendría que tomar al menos otras dos columnas para analizarlo. Pero retomando el asunto, la sexualidad fue reprimida, entre otras cosas porque cuando los sacerdotes en el albor del año mil tenían no una, sino varias mujeres y éstas quedaban embarazadas, la riqueza de la Iglesia la cual representaban, terminaba repartida en varias manos. A esto se le conoció como el pecado del Nicoloaísmo que se refiere a la prohibición de tener esposas o concubinas.
Si la Corona Británica se consolidó alrededor del siglo IX y para el siglo X la Iglesia Católica ya había tomado medidas para ejercer una soberanía más amplia políticamente, es claro que las dos instituciones son hoy día un legado de la Edad Media. Una más moderna que la otra. Quisiera tener más espacio, pero mi respetado doctor Nieto, ser Reina de Inglaterra también es una tarea titánica, es al igual que la del Papa, una figura que organiza a un grupo social. Tiene las mismas responsabilidades de viajes, relaciones públicas, política y exposición mediática. La diferencia es que la Corona Británica ha sido mucho más inteligente y respetuosa con su pueblo. Y curioso, la reina Isabel II ha conocido ya con el que viene, seis Papas en su vida.