Definitivamente Donald Trump, al margen del resultado final, porque todavía no se ha definido la elección presidencial en los Estados Unidos, ha resultado ser un fenómeno político al derrotar las encuestas que le daban una favorabilidad de 10 puntos en promedio al candidato Joe Biden, que se fue estrechando en los últimos días; a los grandes medios de comunicación que no le profesan mucha simpatía y a los estrategas del Partido Demócrata que lo subestimaron en este proceso.
La verdad es que se esté o no de acuerdo con sus políticas, gústenos o no su estilo poco convencional y su compleja personalidad, Trump ha demostrado ser un verdadero animal político porque se ha sobrepuesto a muchos factores en contra, como es la pandemia provocada por el coronavirus y su manejo inadecuado, lo mismo que la caída de la economía que venia en franca recuperación al punto de que el desempleo había descendido al 3.5% antes de que comenzara la pandemia.
Cuando muchos creían que el resultado electoral iba a ser holgado para Biden, todavía no se ha resuelto quien realmente ganó la presidencia de los Estados Unidos en el momento en que esta columna se escribe porque no ha terminado el escrutinio en diferentes Estados, y los 270 votos que se requieren para que el Colegio Electoral proclame al candidato ganador, se están disputando cabeza a cabeza con notables sorpresas frente al favoritismo de los candidatos en las encuestas y los pronósticos de analistas y comentaristas.
Es claro que de Trump no gustan los intelectuales, los académicos, los defensores del medio ambiente y quienes tienen sensibilidad por los derechos humanos que prefieren a Biden por ser un hombre prudente, tranquilo, sin mucho carisma y condición de líder a pesar de los años que duró en el Congreso y los dos periodos como vicepresidente de Obama, además de lucir un poco envejecido.
Pero se debe admitir que algo positivo debe estar haciendo por la gente el gobierno de Trump para obtener el apoyo que tuvo que, en mi opinión, se debe a que mucho americano cree que tiene más condición que Biden para sacar adelante la economía, que es lo que le garantiza al grueso de la gente tener oportunidades de empleo.
Ese amplio sector de la opinión norteamericana que sigue apoyando a Trump no se interesa mucho por las relaciones internacionales, por las alianzas estratégicas entre los países que ganaron la segunda guerra mundial, ni por el cambio climático o por los derechos de los migrantes.
En estas elecciones se debe destacar mucho el papel cumplido por los hispanos y afrodescendientes cuya importancia creciente en los procesos eleccionarios de ese gran país permite creer en la posibilidad próxima de que pueda haber un vicepresidente de origen latinoamericano. Por lo pronto, hay que esperar el resultado de las urnas y reafirmar la tradición bipartidista de Colombia de respeto a esa decisión democrática.