LUIS CARLOS PEÑA MOSQUERA | El Nuevo Siglo
Sábado, 29 de Junio de 2013

Crónica de un sueño

 

Los que escuchamos diariamente los discursos de nuestro Alcalde Mayor quedamos sorprendidos por su gran capacidad  histriónica que posee frente a una total desorganización de la ciudad.

 

Una mala administración, por ejemplo, es la adquisición de carros recolectores de basura que aún se encuentran sin utilizar abandonados  en parqueaderos, la movilidad caótica que vivimos diariamente, los buses  SITP que recorren las calles vacíos porque no se ha hecho ninguna divulgación para conocer los pasos que hay que seguir para abordarlos, los atracos y asesinatos perpetrados por delincuentes disfrazados de policías, de los cuales han sido víctimas sacerdotes y  muchos taxistas, son algunas de las perlas que nos reflejan una falta de autoridad gubernamental.

Ello nos llevó a escoger un instrumento constitucional para revocarle su mandato. A diestra y siniestra se recogieron firmas, viendo así la posibilidad   de una revocatoria efectiva.

 

Sin embargo, a pesar de que marchamos con optimismo por la vía de la revocatoria, debemos pensar también que nuestro sueño se puede truncar, ya que para lograr este propósito se requiere como mínimo 1.200.000 sufragantes, de los cuales la mitad más uno deben ser por el SÍ.

Ante esta realidad hipotética si no se alcanza ese número de votos nos queda otra alternativa para seguir optimistas, y es la de motivar a Gustavo Petro para que realice un verdadero acto de contrición, cambiando sus discursos de campaña por verdaderos hechos de una buena administración.

Todavía le quedan dos años al Alcalde para que comience a gobernar, para que sepa escuchar. Muchos son testigos de sus actitudes tiránicas, ya lo llamaba su amigo Daniel García Peña un “déspota”. Aún le queda tiempo para que su secretario de Gobierno, Guillermo Alfonso, Jaramillo le organice la campaña hacia la Presidencia de la República.

 

Ya lo dice el aforismo: “Todo mal tiene su remedio”. El remedio sería un verdadero cambio en la administración para bien de nuestra muy querida capital.  Así podríamos hacer una buena historia de su mandato titulándola Crónica de un sueño.

 

Reflexión.A Gustavo Petro le queda muy mal hablar de un fraude en la Registraduría sobre la revocatoria, cuando fue la misma Registraduría la que en el 2011 organizó las elecciones que le permitieron llegar a la Alcaldía de Bogotá.