Luis Carlos Peña Mosquera | El Nuevo Siglo
Viernes, 5 de Junio de 2015

COLOMBIA DE HOY

Elogio de la locura

Los  momentos sociales y políticos de nuestro país, se pueden identificar con la ingeniosa sátira escrita por Erasmo de Rotterdam, titulada Elogio de la locura, en la que se burlaba de reyes, papas, campesinos, nobles, mujeres.

En este siglo XXI, donde predomina el populismo y la corrupción, hay coincidencia plena con nuestros personajes. El espíritu auténtico de la política, donde se practicaba la ética, de la que tanto nos sentíamos orgullosos, ya se perdió. Nuestros abuelos eran hombres de palabra, honestos que  no necesitaban documentos para cumplir con lo prometido. Los políticos que cumplían fielmente sus promesas de campaña, obtenían la admiración y respeto de sus electores.

Hoy el país se ha llenado de dirigentes locos, locos. El fiscal, Eduardo Montealegre, se suma a la propuesta de la guerrilla de las Farc, proponiendo una asamblea constituyente; considera que ésta será la única salvadora de una crisis institucional, desconociendo con ello el equilibrio de poderes estudiado en el Congreso de la República. Para él, este proyecto es sólo una sumatoria de pequeños “micos”. El procurador Alejandro Ordóñez, quien afirma ser el representante de los intereses de la sociedad, responde que un tratado de paz no puede hacerse con  impunidad abierta, como la que están pidiendo en la mesa de La Habana, sin cárcel, sin indemnización a víctimas.

Así es Colombia, inundada de dirigentes locos. Ignoran que una asamblea constituyente será un desastre en este momento histórico. Todos sabemos que las Farc influirán en varios territorios, coaccionando a sus habitantes para elegir a punta de fusiles a sus líderes guerrilleros, para que ya en la asamblea constituyente aprueben una amnistía total, la reelección, y otros puntos. Será la puerta de entrada para la toma del Estado, que ha sido su anhelo, que es el de  llegar a un sistema comunista.

Los maestros también, en la pasada protesta educativa rechazaban las evaluaciones como requisito para ascender en el escalafón. A veces con razón, pues poco se les brinda capacitación, y menos aún se les dota de instrumentos para poder ejercer su labor pedagógicamente. Tenemos muchos proyectos de escuelas, que sin terminar se encuentran en ruinas, donde sus alumnos tienen que recibir las clases al aire libre.

Con locuras como estas, solo lograremos que los campesinos sean más pobres, los gobernantes más corruptos, la agricultura será abundante en producción de cocaína, y el desconocimiento de los derechos humanos seguirá rampante como en Venezuela, Ecuador, Nicaragua.

Los que anhelan una asamblea constituyente, olvidan que la Constitución del 91 estableció la puerta giratoria para aquellos funcionarios, que ahora desconocen su misión constitucional, que descaradamente quieren mantener al Congreso y al Ejecutivo subyugados a su voluntad burocrática.

Si queremos saber en qué mundo nos encontramos, consultemos La Divina Comedia, de Dante, ella nos indicará si estamos en el infierno, en el purgatorio, o en el paraíso…