¿Emocionales o racionales?
Aún no hemos salido de las épocas trogloditas en las que para llevar a nuestros contradictores a aceptar nuestras ideas utilizamos argumentos teóricos, legalistas, jurisprudenciales, siempre ausentes del contenido humano y psicológico. Costumbre maldita, maldita costumbre.
Pasamos los siglos discutiendo la legalización de los matrimonios gay. Los contradictores llenan columnas citando definiciones de la Real Academia de la Lengua, pronuncian frases vulgares para maldecir a estas criaturas de Dios que quieren unir sus vidas en un rito sacramental. Se basan en conocimientos académicos, como los esbozados por mi profesor ilustre el doctor Marco Gerardo Monroy Cabra en su libro Introducción al Derecho, “para sustentar la bilateralidad del derecho y unilateralidad de la moral, en el sentido de que las normas jurídicas son bilaterales o intersubjetivas o de alteralidad ya que regulan la conducta de un sujeto en relación o interferencia con la conducta de otro u otros sujetos”.
Pero nunca hemos sometido la controversia a temas científicos basados en la Inteligencia Emocional y en la Programación Neurolingüistica PNL, por ejemplo, pues estos seres se aman emocionalmente, es decir, por sentimientos, nunca guiados por normas legales ni religiosas. Debemos comprender que las emociones son incontrolables, son como cometas sin rumbo que en el aire se dejan llevar por vientos ineluctables.
Ya es hora de hacer un análisis científico y humano basado en la inteligencia emocional como lo explica Daniel Goleman, ya que la inteligencia emocional es la capacidad de mantener el equilibrio mental y afectivo. Con su aplicación se podrán convertir los sentimientos en algo positivo para la vida.
Antes debemos comenzar por arreglar la familia en su parte emocional, por hacer más responsables a los padres de familia para que sus hijos sean amados desde el vientre materno, para que no sean abandonados en su infancia ya que debido a esta ausencia paterna y materna buscan amor en otros seres desconocidos que arbitrariamente les marcan nuevos comportamientos emocionales.
¿Quién se ha preguntado la causa del por qué algunas mujeres que han sido violadas, o maltratadas por sus padres terminan odiando a los hombres y luego llenan ese vacío del amor con su compañera de confianza, convirtiéndola también en su compañera sentimental?
Todo comportamiento emocional depende del amor o del rechazo violento. Ese es el origen de lo bueno y de lo malo.
¿Cómo podemos declararnos a favor o en contra de la legalización del matrimonio gay si no hemos arreglado la célula fundamental de la sociedad que es la familia? ¿Con qué autoridad moral decidimos y condenamos?
Jorge Duque Linares advierte que para conocer a los demás es necesario mirar primero nuestro corazón. Por ello invito a aquellos que no han tirado la primera piedra y que ven la viga en el ojo ajeno para que salgan del closet.
Con razón se dice que “el corazón tiene razones que la razón no entiende”.