Aun en Bogotá no parecemos familiarizados con la idea de tener unos centros, de carácter público, distintos a parques, para el esparcimiento, la cultura y el deporte, que por demás se han denominado como Centros Felicidad, CEFE. Indagar por estas construcciones nos invita a conocer esta especie de sueño que nos acerca a una realidad de una ciudad que empieza a encontrar caminos diferentes para aportar a la calidad de vida y el bienestar ciudadano, en su literal sentido.
La primera de las características por resaltar de los Centros Felicidad es que no se alinearon sólo para el sur o el norte de la ciudad, como distinguiendo estratos, sino por el contrario, así como quebradas y humedales embellecen toda la ciudad, se proyectaron en distintos puntos neurálgicos de la ciudad. Obviamente profundizando su impacto poblacional y urbanístico.
Los seis Centros Felicidad pioneros se concibieron para varias zonas cardinales de la ciudad, entre ellas las localidades de Tunjuelito, Suba (Parque Las Cometas, Fontanar del Río), San Cristóbal, Santa Fe (San Bernardo), Kennedy (Gibraltar) y Chapinero (El Retiro), que pueden llegar en conjunto a ocupar doce mil metros cuadrados y beneficiar a cerca de dos millones trescientas mil personas.
En principio un CEFE es un espacio que contará con el libre acceso a auditorios, salones de aprendizaje, gimnasios, ludotecas, salones para danza, arte, pintura, polideportivos, con piscinas a todo taco. Cada Centro puede rondar una inversión del Distrito de setenta mil millones de pesos.
El Centro Felicidad de El Retiro se construirá con dineros de la valorización y se prevé como un centro cultural de gran diseño arquitectónico, que debe entrar en armonía con el sector. En curiosas palabras del arquitecto de la firma encargada del diseño, Alejandro Rugelis, no se trata de un edificio corporativo sino de “una alameda cultural vertical”, para aludir a un edificio que se puede recorrer como si tratara de un parque. El primer piso será un espacio abierto o hall dedicado a las artes, con capacidad para trescientas personas; el segundo será un polideportivo, con gradas para quinientas personas, el tercer tendrá gimnasios; en el cuarto se construirán una piscina olímpica, otra semi-olímpica y dos para niños y en el quinto o cubierta habrá un parque infantil, una galería de arte y espacio para exposiciones y un restaurante con vista a los Cerros.
Estos Centros, en el corazón de Bogotá, muy posiblemente lleguen a ser un ejemplo a seguir por parte de las demás ciudades del país. Pero, más allá de su imponente infraestructura, su importancia radica en brindar a cualquier bogotano, y a sus familias, un espacio que aporta a su calidad de vida y desarrollo integral, con la oportunidad de impulsar sus capacidades motrices y lúdicas, sus hobbies o cuidados de la salud física, como razones para el entretenimiento.
Entregadas las obras, su éxito también provendrá de su milimétrica organización para compartir este espacio y de la cultura ciudadana para mantenerlos en perfecto estado.
*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI