LORENA RUBIANO FAJARDO | El Nuevo Siglo
Domingo, 23 de Febrero de 2014

Dicotomía pacifista

Epígrafe

“Empecé a sentir la dicotomía que ha caracterizado mi forma de pensar durante toda mi vida: ¿cuánto puede el amor por una raza oprimida concordar con el amor por una patria opresora?”.

William Edward Burghardt Du Bois

Estoy   segura de que todos los colombianos queremos la paz. Si se nos preguntara en las urnas el próximo 9 de marzo, si queremos la paz, abrumadoramente votaríamos que sí. Pero, nos entra la preocupación cuando esa tan anhelada reconciliación, ha sido tomada como bandera de la reelección del presidente Santos. Y lo digo desprevenidamente, porque los demás candidatos se ven abocados a marcar diferencia en muchos aspectos, como el posconflicto, la reparación a las víctimas, el aspecto legal, la impunidad y demás factores que inciden en la guerra y en la paz.

Recuerdo las palabras del hoy candidato presidente  “lo que queremos en el país, es que todos nos unamos, tener un país unido, un país reconciliado”. Pero eso no lo está cumpliendo. Todos queremos la paz, pero no a cualquier costo y muchos no la querrán, si va unida a la reelección porque  el daño que se le hace al proceso es muy grande. Habría grandeza si el propio Presidente invita a todos los candidatos a informarlos sobre el proceso, a que conozcan y compartan las mismas informaciones que él posee y así todos firmen el primer gran acuerdo por la paz y es que el tema lo dejan por fuera del proceso electoral para que fluya como un gran anhelo de todo el pueblo colombiano.

Ahí sí habría nobleza de alma, de espíritu y de amor patrio. Lo otro es politiquería, utilizar tan sagrado derecho a vivir en paz, como bandera política de un solo sector de la política nacional.

Presidente Santos: recuerde sus palabras expresadas en su visita a España: “50 años de guerra abren muchas heridas. Y si queremos tener paz en el largo plazo, esas heridas hay que sanarlas. Y eso va a durar mucho tiempo. Y hay que tener mucha paciencia, mucha capacidad de perdonar, mucha capacidad de reconciliación. Y eso hay que alimentarlo todos los días”.

Apliquemos esas palabras  y así podremos construir el país que soñamos. Ojala alguna instancia, la Iglesia, los gremios, la comunidad internacional los sentara a todos, para que podemos sacar el tema de la paz de la contienda electoral. Hagamos el esfuerzo, nadie pierde en el intento, seamos generosos. Presidente usted tiene la palabra.