Voy a tratar de ilustrar un poco sobre el atractivo Halloween o fiesta de las brujas. Empiezo diciendo que es preferible que los niños no participen en esta actividad, porque están siendo utilizados en su inocencia para rendir culto a la muerte, a lo oscuro, al reino de las tiniebla. No se necesita ser un ilustrado para darse cuenta que el símbolo es una bruja, una calavera, una calabaza y los disfraces son generalmente de zombis, muertos, Drácula, espantos, brujas y en fin todo lo del reino del hades. Eventualmente los padres más recatados los visten de campesinos, vaqueros u otros disfraces inofensivos, pero aun así el fin último de esta jornada es rendir un culto a satanás.
La palabra Halloween significa “víspera de todos los santos”, es decir el día anterior a la fiesta cristiana de todos los santos trasladada al 1 de noviembre por el Papa Gregorio III en el año 731, de ahí que el 31 de octubre se cumple la fiesta contraria que es pagana y se llama Halloween. Sucede que el origen del Halloween viene de la cultura celta en la edad media, en que unos sacerdotes llamados druidas adoradores de los arboles celebraban el fin de la cosecha a lo que llamaban samhain o acción de gracias por los productos de la tierra, el fin del año celta y la noche oscura. Esta tradición anglosajona fue llevada por los irlandeses a los Estados Unidos y Canadá tomando un sentido comercial y se propagó como un día de grandes ventas de disfraces y dulces, pues los niños salen a la calle a pedir caramelos mediante un reto de truco o trato, esto significa que aquella casa que da dulces hace un trato y quien lo niega recibe un truco que consiste en una maldición a manera de broma de la cual los niños son inocentes, pues ellos invocan su “triqui halloween dame dulces para mí, si no….” Y ahí viene la maldición.
Desde luego que esta celebración ha tomado con el paso del tiempo mucho auge en el mundo occidental, es parte de la fiesta los portales de las casas adornados con la calabaza o Jack una figura atractiva pero diabólica, ponen brujas, esqueletos, duendes, fantasmas y lo mismo en las oficinas y almacenes, con telarañas, huesos y escobas. Pero mucha gente no sabe que ese mismo día grupos de ocultistas y satánicos hacen de las suyas, roban niños, secuestran a niñas vírgenes sacrificándolos, se hacen aquelarres, invocaciones diabólicas y ritos oscuros en gran cantidad. Por ello la policía quien está muy advertida cuida celosamente la participación de los niños, para control lo hacen vestidos de civiles y aun disfrazados para prevenir el peligro existente. ¡Halloween, una tradición que nada bueno trae a los niños, mueve dinero pero también peligros!