Lionel Moreno Guerrero | El Nuevo Siglo
Viernes, 22 de Abril de 2016

CONCESIONES Y DICTADORES

Demócratas sin convicción 

 

SIEMPRE hemos criticado la pusilanimidad del gobierno Santos en censurar los atropellos contra la democracia de regímenes hemisféricos como los de Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua o el de la Argentina de los Kirchner. Y muy en especial las graves agresiones de Venezuela contra la oposición al régimen chavista y contra nuestro país al darle albergue y apoyo a los guerrilleros de las Farc y el Eln. En su momento se divulgaron, inclusive, las coordenadas de los campamentos de las Farc y en lujosos hoteles de Caracas se negociaron secuestros con cabecillas del Eln. En Ecuador se dio de baja a Raúl Reyes (en el gobierno Uribe) y el contrabando de armas por nuestra frontera sur es bien conocido. Pero esta falta de reproche a las actitudes antidemocráticas se extiende a otros gobiernos como el de Chile que, ni siquiera bajo la presidencia de Piñera criticó a los regímenes autoritarios de izquierda de América Latina y ahora menos durante la presidencia de la socialista Michelle Bachelet.

 

Y para ratificar que estas no son críticas solo de los opositores de nuestro presidente, el centro de pensamiento Global American (apoyado por la Universidad de Columbia y la Fundación Ford) acaba de presentar un informe, ‘Liberales, delincuentes y facilitadores’, al congreso estadounidense en el que, precisamente, critica el “silencio cómplice” de muchos de nuestros países frente a la violación de los principios democráticos.

 

Particular objeto de censura es Unasur, lo que no debería extrañar por ser esta institución creación del régimen chavista y estar dirigida por Ernesto Samper, “conocido de autos” como dirían los abogados. En cuanto a la actitud del Gobierno colombiano, cree el informe que puede deberse a no querer antagonizar a Venezuela y a Cuba por su importancia en las negociaciones de La Habana con las Farc, temor que no tuvo el presidente anterior del que Juan Manuel Santos era Ministro de Defensa. Lástima que este informe no analiza la conducta del Gobierno de Washington frente a Cuba.

 

Como en los casos anteriores, la llamada Carta Democrática Interamericana ha quedado como letra muerta. El presidente Obama, considerando que si en cincuenta años no se había logrado la caída del régimen castrista con sanciones, el reconocerle legitimidad y abrirle las puertas de la economía estadounidense podrían obtener una democratización de la peor dictadura continente y con esta perspectiva hizo una visita de Estado a Cuba. De nada ha servido. Los pocos prisioneros políticos que Castro liberó fueron devueltos prontamente a la cárcel.

En el reciente Congreso del Partido Comunista de Cuba, Castro dejó bien claro que no prevalecerán las poderosas fuerzas externas que buscan fortalecer las formas de gestión no estatales en Cuba para acabar con la revolución.