Lionel Moreno Guerrero | El Nuevo Siglo
Viernes, 4 de Diciembre de 2015

HACIA EL DESPEÑADERO

Una justicia en decadencia

“Carecemos de seguridad jurídica”

 

Es  aberrante que haya miles de procesos represados en la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia donde demoran más de 17 años (El Nuevo Siglo, 2-12-2015), y parece que la situación en las demás salas de ese alto tribunal y ante el Consejo de Estado es parecida, lo que debe llenarnos de grave preocupación.

 

 El dicho de que la vida profesional de un abogado litigante es de dos procesos ordinarios deja de ser chiste para convertirse en alarmante realidad. Esto es denegación de justicia y siendo la justicia una de las principales responsabilidades del Estado, su mal funcionamiento pone en peligro nuestra democracia, siendo un aliciente para que los demagogos, de izquierda o derecha, traten de remplazar el sistema vigente. Esta es una de las acusaciones de la guerrilla. Nuestra justicia penal es kafkiana y las acusaciones contra la fiscalía, preocupantes. ¿Qué justicia es para un recluso el que una sentencia de casación lo absuelva después de 15 años de estar en prisión?

 

En materias no penales la situación es igualmente alarmante. No solo los procesos son eternos, sino que no hay seguridad jurídica, los ciudadanos, incluyendo a los abogados, no saben cuál es la ley aplicable pues los jueces, de todos los niveles, so pretexto de interpretar las leyes, legislan e, inclusive, imponen plazos al  Ejecutivo para que cumplan sus órdenes. El recurso de tutela, ante la morosidad de la administración ordinaria de justicia, se ha desvirtuado y ha pasado de ser una acción para casos excepcionales a expediente ordinario que inunda juzgados y tribunales como forma de obtener una decisión judicial rápida, decisiones, por lo demás, muy imperfectas por no disponer el demandado de adecuados términos para presentar pruebas, ni para que los jueces, sobrecargados de trabajo, puedan estudiar debidamente sus fallos.

 

Y si se mira desde el punto de vista económico, los inversionistas, nacionales y foráneos, dudan en arriesgar sus capitales al no tener certezas sobre las reglas que se les van a aplicar. Sobra decir que esta incertidumbre abre el camino a la corrupción, para lo cual basta mirar el caso de los supuestos sobornos de magistrados de la Corte Constitucional para favorecer los intereses de Fidupetrol.

 

P. S. El gobierno venezolano salió lanza en ristre contra el presidente de Colombia por haber pedido investigar el asesinato del líder de la oposición Luís Manuel Díaz y por la boca de Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional,  lo tildó de inmoral e, insulto máximo para la jerarquía venezolana, “más inmoral que Uribe”. De notar que las injurias de los nuevos mejores amigos no han sido rechazadas por nuestro gobierno ni destacadas en la prensa escrita colombiana. ¿Por qué?