MÁS VALE MAÑA QUE FUERZA
Más y más concesiones
A las Farc entre más les van dando, más van pidiendo. Ahora pretenden que se les asignen curules en el Congreso, Asambleas y Concejos por ocho años, dos períodos legislativos. Es la negación de los principios democráticos, según los cuales en el órgano que hace las leyes los ciudadanos deben estar representados en proporción al número de ellos que propugnen unas determinadas ideas. Quieren que 6.000 subversivos, que no lograrían los votos para elegir un solo congresista, tengan un número indeterminado de ellos. En España y el Reino Unido no se le dieron a la Eta o al Ira curules parlamentarias. Nadie pensaría que los Estados Unidos otorgaran curules al Ejército Islámico o a Al Kaeda. En el afán por lograr un acuerdo de paz, el Presidente parece dispuesto a esta y otras concesiones. Ya las Farc han logrado que las conversaciones de La Habana, que el gobierno esperaba duraran solo “unos pocos meses”, lleven tres años.
Con cada día que pasa la guerrilla gana en notoriedad, respiro de unas tropas en derrota, reorganizarse, etc., especialmente cuando el Gobierno aceptó no bombardearlas (tal vez el método más efectivo para combatirlas) y cuando había dicho que no habría cese el fuego antes de la firma de un acuerdo definitivo, aceptó uno de hecho al convenir con la guerrilla que no la atacaría mientras ella entrara en un cese el fuego “unilateral”, es decir, si esta tregua unilateral subsiste es porque el Gobierno no la ha atacado y mientras, la guerrilla continúa con el narcotráfico y las extorsiones.
En el plazo para firmar un acuerdo antes del 23 de marzo del 2016 nadie cree, aunque el Presidente lo reitere. Voceros guerrilleros han dicho que este término, que era de seis meses desde la visita de Santos a La Habana, en realidad se empezará a contar desde cuando se llegue a un acuerdo sobre la Justicia, es decir, no ha empezado a correr. Y, ¿qué pasa si cuando venza el plazo no ha habido acuerdo? ¿Se retirará el Gobierno de la mesa? Mientras, ya han logrado ponerse en pie de igualdad con el Gobierno. La Ministra de Relaciones viajó a La Habana a entrevistarse con ellos y lo mismo han hecho comisiones de congresistas y ahora de empresarios. Las Farc no entraron en una negociación con el Gobierno por altruismo. Iniciaron las conversaciones porque estaban derrotadas, sus efectivos habían descendido de 20.000 hombres a 6.000. Habiendo descubierto la desesperación del Presidente por lograr un acuerdo dispuesto a pagar un precio alto por ello, han logrado extraerle continuas concesiones. Lo que la guerrilla no logró por las armas, una vez derrotada lo está obteniendo en unas negociaciones por la debilidad del Gobierno.