PARA ALQUILAR BALCÓN
La dinastía Bush
EL lunes pasado, John Ellis Bush, más conocido por su acrónimo, Jeb, anunció formalmente su intención de ser el candidato republicano a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos el próximo año. De 62 años, converso católico, casado con una inmigrante mexicana, Columba, sería el tercer Bush en acceder a la Presidencia, sentando un precedente ya que en la historia del país del norte nunca dos presidentes fueron hijos del mismo expresidente. Presidentes hijos de expresidentes ha habido dos, a principios del S. XIX un hijo del expresidente John Adams, John Quincy Adams, accedió a la primera magistratura y más recientemente George W. Bush, hijo del expresidente George H. W. Bush fue presidente de 2001 a 2009. De obtener la candidatura de su partido, Jeb Bush tendrá que luchar contra fuertes obstáculos. Ante todo frente a los votantes puede no gustar el que pertenezca a una familia que ya ha dado dos presidentes, las “dinastías” no son de fácil recibo en las repúblicas. Además, sus familiares no culminaron sus mandatos con gran popularidad y a su hermano muchos le critican su actuación en los conflictos de Afganistán e Irak. Será interesante ver cómo logra una identidad propia, sobre lo que ya ha comenzado a trabajar. La extrema derecha de su partido no lo mira con buenos ojos por sus posiciones frente a la inmigración que consideran muy liberales. Busca el apoyo de la gran minoría latina, especialmente de la colonia cubano-americana, para lo que le ayudará, no solo la nacionalidad de su esposa y su dominio del idioma español, sino el haber sido exitoso gobernador del Estado de la Florida por dos veces, lo que le suma experiencia administrativa de la que carecen sus principales contendores los senadores republicanos Rand Paul y Marco Rubio. En un país que sale de una recesión, enfatiza una recuperación económica que promete del 4% anual, con la creación de 19 millones de empleos. En pocas palabras, Jeb enfrenta un difícil camino para lograr el endoso de la Convención Republicana, el que ya pretenden once postulantes.
Del lado demócrata, la candidatura la tiene casi que asegurada Hillary Clinton, quien también encuentra resistencias en el electorado. Muchos recuerdan las andanzas mujeriegas de su marido, pero, tal vez más importante, el financiamiento de sus campañas mediante contribuciones no muy claras (a los ojos de sus opositores) de personas que podrían necesitar favores oficiales, la actuación de Hillary en el caso del atentado contra el consulado de Estados Unidos en Bengasi y cómo borró numerosos correos electrónicos que podrían haber interesado a esta investigación.
Generalmente las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, cuando no se busca una reelección, son reñidas. Para Colombia y Latinoamérica sería conveniente una victoria de Bush por sus anexos con el subcontinente.