LAS licitaciones públicas que son en la práctica invitaciones a presentar propuestas para la realización de obras, es un procedimiento aunque no expedito, sí el más adecuado para ejecutar trabajos en los cuales no solamente la ciudadanía está interesada sino el estado que desea que aquella sea complacida, pues suele corresponder a las promesas de campaña cuando se trata de funcionarios consagrados en sus oficios por voluntad popular.

Estas deben cumplir con algunos requisitos que se entienden como la voluntad y el deseo que todos los que puedan y quieran participar, así lo hagan, debe saberse qué es lo que se quiere ejecutar y cuáles son las condiciones para que los que quieran participar sepan de antemano que se espera de ellos. Desde luego se debe saber qué es la ejecución de una obra, la cual dependiendo de la calidad de la misma, así como de su nivel de complejidad, requiere de planos y detalles cuidadosos Para tratar de obtener un ramillete de propuestas válidas y comparables entre sí, es conveniente que previamente se establezcan las condiciones que deben cumplir los proponentes no solamente en el campo de la obra que se quiere ejecutar, sino también la capacidad financiera de los proponentes. Aunque no se solicite la financiación de los trabajos esta condición debe ser exigente.  La obra a ejecutar debe estar perfectamente definida así como el diseño correspondiente.

Ahora Bogotá está enfrentada, aunque la expresión no sea precisamente la más adecuada, a la construcción del sistema de transporte colectivo llamado metro. Es la ambición y el deseo de los bogotanos y también de los colombianos poder disponer de este medio de transporte que ha sido fundamental para el crecimiento de esta urbe capital.  Sistema que se está esperando, pues se viene hablando de él hace unos cuarenta o cincuenta años. Hoy por primera vez luego de discusiones con respecto al tipo de metro que se quiere, por lo menos vamos a recibir formalmente propuestas para la ejecución del famoso metro que transformará la vida de la ciudad, si se hace. Se ha abierto la licitación correspondiente que se espera concluya en propuestas dignas de considerar.

La experiencia ha permitido conocer que la ejecución de estudios simultáneamente por quien ejecuta los trabajos, suele conducir a malos entendidos entre entidad contratante y contratista; por eso es deseable que todo lo que se pretende realizar cuente con estudios y diseños a los cuales debe someterse quien sea escogido para adelantar esta trabajo del metro. Desde luego es claro y sucede con frecuencia, que en el transcurso de la obra resulten alteraciones en los diseños; para ello se requiere no solamente el aporte de los constructores sino también de una interventoría que debe ser un cuerpo con amplios los conocimientos técnicos.

Hay que trabajarle a esta iniciativa con todo el entusiasmo y seriedad del caso. Perder este nuevo impulso sería de insospechadas consecuencias ciudad y la ciudadanía.