“Lamentable que pocos medios hayan profundizado en corrupción del país”
Solo hay dos posibilidades frente al flojo y cándido proceder de nuestros medios en las repudiables tramas de corrupción destapadas en los casos de Odebrecht y del Cartel de las Togas.
La realidad indica que vivimos rodeados de unos medios tolerantes y permisivos que no se preocupan por llegar al fondo de los grandes males o que simplemente miran a otro lado cuando las evidencias señalan a sus amigos políticos o a sus grandes anunciantes.
Fue decepcionante, por ejemplo, registrar como la más importante y casi única revista semanal que circula entre nosotros, en su último número, publicara un liviano artículo en el que manifiesta que las distintas declaraciones de los protagonistas del espantoso caso de los dineros recibidos de Odebrecht, solo conducen a la confusión sin permitir esclarecer la responsabilidad de quienes delinquieron con el hecho y se repartieron semejante cantidad de dinero; igual de preocupante es, que lo mismo ocurra en todos los demás grandes medios en todos sus canales.
Sin embargo, para cualquier observador desprevenido, la cosa está clara: Odebrecht pagó las enormes coimas porque perseguía conseguir contratos y modificarlos para beneficiarse de multimillonarias adiciones sin necesidad de presentarse a nuevos concursos, pero a sabiendas de que para lograrlo debía tocar las más altas cumbres en nuestro país, como lo hizo también en otros.
Ya han dicho los implicados cual fue la ruta transitada por los dineros del delito: una parte se destinó a la financiación de muchas campañas al Congreso pero otra gran cantidad se direccionó a la gerencia de la campaña reeleccionista del Presidente Santos. Tal afirmación la repiten varios de los imputados que ahora son también testigos en búsqueda de beneficios en sus penas.
Eso explicaría, cómo los senadores del equipo de los ñoños encabezaran la votación nacional con votos obtenidos no solo en sus departamentos de origen sino en otros muchos lugares que ni siquiera visitaron. De esto solo se puede concluir que con esos dineros se compraron una enorme cantidad de votos.
También, con esos testimonios sería posible inferir que los dineros que se afirma beneficiaron a la campaña del Presidente Santos explicarían el tremendo salto que esa campaña consiguió entre la primera vuelta, que ganó Oscar Iván Zuluaga, y la segunda en la que cambiaron la derrota por una sorprendente pero apretada victoria.
La sabiduría popular no es tonta y entiende mejor el sorpresivo evento e intuye que lo logrado era solo posible con la ayuda de caudalosos ríos de dineros de dudoso origen, que alimentaran muchísimas maquinarias políticas en todo el territorio nacional para comprar los votos necesarios que beneficiaran al candidato repitente.
Al consultar en Google la frase “compra de votos¨ se encuentran muchas denuncias que resultaron con muy poco despliegue en los medios, en las que se evidenció la descarada compra de votos registrada.
Es lamentable que la justicia haya sido negligente con estos delitos y que salvo por lo publicado recientemente en la Silla Vacía, pocos medios hayan profundizado en este repugnante tema.