El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ha resuelto en forma absurda iniciarle a la fiscal Ortega un antejuicio de mérito para separarla del cargo por la posición digna y valiente que ha asumido desde el momento en que denunció la ruptura del orden constitucional cuando este mismo tribunal adoptó la aberrante decisión de dejar sin funciones a la Asamblea Legislativa que luego tuvo que revocar por la fuerte reacción de la comunidad internacional.
Con seguridad que la destituirán, porque en la Venezuela de hoy los órganos de la justicia no administran justicia, sino que son un instrumento al servicio de los intereses de la cúpula gobernante. Prueba de ello es que por una solicitud de antejuicio que presentó el diputado oficialista Pedro Carreño, quien la acusa de faltas graves en el ejercicio a su cargo, ya le dictaron medidas cautelares como la prohibición de salir del país y la congelación de sus cuentas bancarias. Carreño sostiene que la fiscal Ortega “mintió al haber avalado la designación de 33 magistrados del TSJ en diciembre de 2015.”
La Fiscal Luisa Ortega ha pedido la destitución de esos magistrados y dijo, además, que ella no convalidó la designación de los mismos. Del mismo modo no reconoce la autoridad del TSJ porque el único pecado que ha cometido es el de habérsele rebelado al régimen autocrático de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello cuando, en gesto que la enaltece, denunció el atropello contra el órgano legislativo.
Unido a lo anterior doña Luisa Ortega se ha opuesto a la convocatoria de una Asamblea Constituyente por parte del gobierno de Maduro, por considerar que el procedimiento que se está utilizando es inconstitucional. La fiscal, en palabras pronunciadas ante la Asamblea, dijo: “rendirse no es una opción, no perdamos la esperanza, esa es la principal intención de aquellos que quieren adueñarse del país y gobernar sobre las ruinas…. Lo que está en juego es la libertad y el futuro. Definitivamente no podemos perder a Venezuela. Por mi parte, les aseguro que no descansaré hasta que Venezuela recobre el camino de las libertades”. También ha dicho que en Venezuela lo que hay es terrorismo de Estado. “la democracia puede ser arrasada por factores políticos atrincherados en el poder que se escuda en las fuerzas coercitivas del Estado para contener el descontento popular”.
El trato que le están dando a doña Luisa Ortega por su posición erguida es una prueba más de la desmesura y el carácter autoritario del régimen de Venezuela. Creo que hacia el futuro inmediato la fiscal jugará un papel de mucha importancia en el proceso de transición a la democracia y ante una eventual intervención de la Corte Penal internacional, que no se entiende como hasta la fecha no ha abierto, por lo menos, un proceso de observación sobre las circunstancias en que han ocurrido los delitos de lesa humanidad que dolorosamente están ocurriendo en Venezuela. Hay un patrón de sistematicidad y un ataque generalizado contra los manifestantes por motivos políticos. Ya van más de 90 muertes violentas.