La coalición para el nuevo gobierno | El Nuevo Siglo
Lunes, 11 de Julio de 2022

La finalidad última de los partidos y movimientos políticos es gobernar o participar en el gobierno. Sin embargo, tienen la libertad de decidir no participar, declarándose como independientes y de oposición. El derecho fundamental a la oposición ha sido una de las banderas políticas de larga lucha por los sectores minoritarios alternativos y de la izquierda política. Adoptado finalmente por la Constitución de 1991, y sus garantías desarrolladas hasta la ley 1909 de 2018. La cual, se tramitó como parte del paquete normativo del Acuerdo de Paz con las extintas Farc.

En el gobierno Petro que inicia el próximo 7 de agosto, será la primera vez en que partidos y movimientos que históricamente han estado en la oposición sean organizaciones de gobierno. ¿Cambia esto las dinámicas tradicionales de formar la coalición de gobierno?

El gobierno entrante tiene el desafío de tramitar las reformas urgentes del cambio, cuya agenda recibió el respaldo ciudadano el pasado 19 de junio. Pero, no obstante, el Pacto Histórico lograr una gran bancada en el Congreso, necesita constituir mayorías para avanzar con la agenda del cambio. Así, en un sistema multipartidista, la conformación de la coalición de gobierno es lo razonable. Claro, bajo qué parámetros, es parte del debate político.

Además, hay que considerar una particularidad evidenciada en el reciente proceso electoral: la pérdida de sintonía de los partidos tradicionales con las necesidades crecientes de los ciudadanos, agravadas por la pandemia y expresadas en el estallido social. Por ello, para los partidos del centro y la derecha hacer parte de una coalición de gobierno del cambio no es solo estrategia de sobrevivencia sino fundamentalmente de buscar recuperar el espacio perdido con su desconexión. Ojalá, así lo entiendan.

De otro lado, la búsqueda de construir mayorías en que se encuentra el gobierno electo y asegurarlas, inclusive antes de instalarse el nuevo Congreso el próximo 20 de julio, es una ventaja para poner claridad y ritmo necesario al trabajo legislativo. En este sentido, resulta más adelantado que el saliente gobierno de Iván Duque cuando comenzó sin mayorías claras; y que solo hacia finales de 2018 logró consolidar el bloque parlamentario de la costa caribe, cediendo con la salida de Electricaribe. Así mismo, el nuevo gobierno tiene el reto de equilibrar la representación mediante la inclusión. Pues, el cambio en términos políticos, igualmente significa la representación de actores sistemáticamente excluidos

Finalmente, la negociación de las mayorías también pasa por los acuerdos que logren los partidos sobre los cargos en las mesas directivas del Congreso. Es tema clave para el gobierno, sobre todo para los dos primeros años. Por eso la importancia del acuerdo previo sobre la agenda de reformas a presentar al parlamento. Sin embargo, a pesar de los anuncios anticipados que se vienen haciendo con expresiones como “apoyo condicionado” u “oposición razonable” o tal vez con figuras exóticas como independencia con participación; será dentro del primer mes de iniciado el nuevo gobierno del cambio que deberán formalizarse las declaraciones políticas de los partidos como de gobierno, independientes o de oposición, sin calificativos. Y su consistencia se verá en la discusión y votación de los proyectos en el Congreso de la República.

@Fer_GuzmanR