Gustavo Cerati
Me cuesta creerlo pero al fín descansó este prohombre llamado Gustavo Cerati. Digo al fín, porque llevaba más de 4 años en estado de coma inmerso en un sueño estéreo del que, pese a los deseos de todos, no pudo despertar jamás. Su talento lo hizo el mejor músico iberoamericano y junto con su banda Sodastereo fueron la mejor banda de Iberoamérica. Su influencia permeó varias generaciones. Hasta llegó a existir el vocablo urbano “¡Que soda!” para referirse a que algo era ¡lo máximo! Se podía ver en la gente y sentir en el ambiente.
Tuve la fortuna de conocer a Gustavo Cerati el 18 de octubre de 1995 en medio de la gira de Sodastereo “Sueño Stéreo”. Compartimos cosas inolvidables. Esa noche me impresionó su sencillez y su disposición para hablar de cualquier tema. Hablaba mucho de la soledad del artista y de la “intrasferibilidad de las experiencias”. Frase que para esa época yo no comprendía muy bien pero a medida que pasa el tiempo la pienso y la pienso cada vez más y sobre todo cada vez que se piensa en un consejo o experiencia de alguien. Esa noche me invitó a un “asado” en el apartamento de Carlos Vives luego del concierto en Bogotá. Ahí nos recibieron Martín de Francisco y Santiago Moure quienes eran por esa época las estrellas del programa La Tele y quienes nos ofrecieron su asitencia en asuntos etílicos. Desde ahí lo vi unas cuatro veces más. La última de ellas fue cuando me lo encontré en el aeropuerto Eldorado en el año 2008 y lo acompañé a un café. Precisamente nuestra última conversación fue sobre aviones ya que estaba esperando su vuelo hacia Lima y ahí me pudo confesar su miedo a las turbulencias.
Estos seres entran inmediatamente al corazón y se unen allá a los recuerdos de la vida para sobresalir eternamente con una etiqueta que los destaca de los otros por su superioridad. Su voz no descansará porque se oirá en muchos rincones por siempre. Por lo menos yo si tengo que agradecerle por tantos momentos, emociones e inspiración que me dio a través de la música y que probé pueden aplicarse a la vida. Hoy que estamos ante tanto ser malo y perverso en verdad sí pienso que seres como Gustavo no deberían haberse ido y, por el contrario, deberían seguir impregnándonos con su magia.
@ReyesJuanfelipe