Gabriel Rosas Vega
El triste fallecimiento de Gabriel Rosas Vega deja un gran vacío entre la comunidad académica. Y entre quienes entienden la política, no como el arte de intrigar, sino de servir.
Desde las aulas universitarias nos formó a muchos jóvenes en el interés por la economía de Colombia. Sus cursos sobre ingreso nacional (o sea, las metodologías como se confeccionan las cuentas nacionales) fueron, para muchos de nosotros, la mejor de todas las puertas de entrada para entender cómo se miden y cómo se interpretan las grandes cifras de la economía nacional.
Sus primeras incursiones políticas las hizo al lado de Carlos Lleras Restrepo, a quien llegó a conocer y a apreciar inmensamente. Rosas Vega deja un libro fundamental, que quizás sea la mejor radiografía de lo que fue el pensamiento y la acción de Lleras Restrepo en el campo económico. Me cupo el honor de prologarlo. Se titula: El pensamiento económico de Carlos Lleras Restrepo. (Editorial Taurus- Aguilar, 2008). A través de este libro Rosas Vega recorre minuciosamente todas las ejecutorias del expresidente liberal en el campo económico. Ejecutorias que fueron inmensas. Desde sus tiempos de estudiante en la Universidad Nacional en los años veinte del siglo pasado; como joven secretario de Gobierno de Cundinamarca interesado en los asuntos agrarios; como fogoso parlamentario que tuvo una participación notable en la reforma tributaria de la primera administración López; como Contralor; como ministro de Hacienda durante la administración Santos; su dirección de la economía nacional durante la guerra; como apasionado por los temas cafeteros que crea el Fondo Nacional del Café en 1940; como artífice de las grandes instituciones del comercio exterior comenzando por el célebre estatuto cambiario de 1967 (Decreto 444); como aguerrido defensor de la reforma agraria de los años sesentas del siglo pasado; hasta su tranquilo reposo de escritor al final de su vida.
Quien quiera conocer o repasar lo que fue la trayectoria económica de Carlos Lleras encontrará en el libro de Gabriel Rosas una referencia obligada. De la mano de Lleras, Rosas se vincula entrañablemente a la acción política de Luis Carlos Galán. Con su grupo llega al Senado de la República desde donde desempeña una tarea admirable, principalmente en asuntos fiscales (que siempre fueron una de sus especialidades) desde la Comisión Tercera del Senado, donde brilló por su seriedad y profundos análisis.
El asesinato de Galán, como a tantos jóvenes que lo acompañaban, lo sumió en una gran frustración que lo acompañó el resto de su vida.
Como Ministro de Agricultura durante la administración Barco le deja al sector rural múltiples aportes. Quisiera mencionar solo uno, entre muchos: la creación de Finagro, el Banco de segundo piso del sector agropecuario, que tan señalados servicios sigue prestándole al sector rural aún hoy día.
En 1986 fue secretario técnico y coordinador de la “Misión del Gasto Público”, con cuyas conclusiones de la mano se recorrió literalmente al país. Llevando el evangelio de que unas finanzas públicas sanas requieren, no solo un gasto público bien financiado, sino eficiente. Y que tan importante en los análisis fiscales es la calidad del gasto que se ejecuta como el estudio de los ingresos que se recaudan. Esta comisión constituyó un hito en la historia de la Hacienda Pública del país. Y es mucho lo que le debemos a Gabriel Rosas por su difusión y empeño didáctico con que la explicó por toda Colombia.
Pero más allá de toda esta trayectoria académica y política, Gabriel Rosas fue ante todo un gran señor y un insuperable amigo. Paz en su tumba.