LA OTRA CARA
Hablemos claro
Si el manejo económico de Colombia ha sido considerado por segunda vez en los dos últimos años, como el mejor de América Latina, por las revistas LatinFinance y The Banker, de Estados Unidos, al hacer reconocimiento a la gestión del ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ahora esa distinción plantea una pregunta: ¿tendrá el país el mejor plan de contingencia continental, para evitar desplome por efectos del dólar y el petróleo, entre otros? La inquietud es válida: el activo Minhacienda afirma que no hay alarma y que la industria nacional está reactivada y sin problemas en abastecimientos al consumidor local. En contraste hace cuatro meses, el sector productivo del país revelo su bajón frente al alto volumen de importación y a los TLC.
O fue una recuperación relámpago, o es mensaje oficial, para evitar pánico frente a la realidad. También le corresponde a la ANDI y a Asoexport mostrar qué sucede, cómo están y qué esperan, función propia de los gremios, tanto para sus afiliados, como para los consumidores en general.
Fácil pensar con el corazón y esperar respuesta positiva, al menos para el segundo semestre, confiados en que se haya encontrado el sendero seguro para llegar a tierra firme y aguas tranquilas sin inflación desbordada. Y difícil, pronosticarlo ahora, cuando de las preocupaciones se pasa a las inconformidades en transporte y agricultura, otra vez entrelazados con efectos negativos, por el paro camionero. Un esquema que se repite, año a año sin soluciones. Los precios de productos al consumidor, que siempre asoman con alzas en enero, completan el primer trimestre con incrementos desmedidos en todos los renglones del agro.
En petróleo y sectores afines en suministro de maquinaria y equipos, las inconformidades están dirigidas a defender empleo, rendimiento salarial y frenar recortes en nóminas, para no llegar a cierres empresariales como en – 1994, época nefasta para la economía colombiana.
El panorama reclama concertación y creatividad, entre Gobierno, empresa y centrales de trabajadores. Y se espera que el Congreso actúe con mesura y sin protagonismo. Hay que reiterarlo, porque no faltan debates repetitivos. Que la crítica al legislar, sea para aportar, no para exhibir supuesta sapiencia.
La obligación es aprobar sin aplazamientos, Reforma Tributaria Estructural y Plan Nacional de Desarrollo (PND), proyectos pensados para reordenar presupuestos, responsabilizar manejo de regalías y limpiar regiones hundidas en corrupción. Lo claro es que el primer trimestre del año, cierra nublado con alzas y situación laboral agitada con vientos de tempestad. Sin pánico, el país debe guarecerse como prevención, con estrategias quizá novedosas y no quedarse en las mieles de los elogios.