LA OTRA CARA
Una vergüenza
UNA cosa es optimismo y otra tapar resultados negativos de la tormenta económica que sacude al país, en algunas regiones más que en otras. El Dane en su informe sobre crecimiento económico de 3.1 por ciento en 2015, resaltó que ningún sector registró caídas.
Eso es mirar el espejo por un solo lado. El Banco Mundial dos días después, hizo el contraste, al revelar aumento en población olvidada.
Lo cierto es que el sector social de bajos recursos está caído hace años. Son los grandes perdedores, frente al erario y a bolsillos poderosos que hacen el 10 por ciento de la población colombiana más rica. Así se interpreta el informe del Banco Mundial. Lo menos que se puede pensar es que estén inventando.
El país en desigualdad social perdió 10 puntos, agregó el Banco, al señalar que ocupa segunda casilla, después de Honduras, sacudida por violencia, narcotráfico y corrupción, sombras que también cubren a Colombia.
Hay que reconocer que lo mediático muchas veces desorienta. Desde distintos escenarios, algunos llamados expertos analistas, que han tenido o tienen compromisos oficiales, se refieren en sus observaciones, a cifras macro y estructuras económicas, y no a los efectos de los resultados financieros en gente del común. Hablan al auditorio de sus asesorías.
Sin embargo el experto Ricardo Bonilla, de la Universidad Nacional afirmó a este diario que “la desigualdad hay que enfrentarla a fondo y con medidas contundentes”, al argumentar que en lo tributario está la diferencia y la solución. Es claro: Que pague lo justo, el que más tiene.
En otra esquina se pide frenar la concentración de la tierra que impide que el agro sea motor de la economía, según estudio de la Universidad de los Andes. Ratifica el desequilibrio con lo rural.
El reflejo esta en desempleo, informalidad laboral, educación privada costosa, educación pública con falta de cupos y salarios al centímetro y con lupa, para los de abajo.
No queda atrás la Salud para sectores de medianos y bajos recursos, como el caso Saludcoop y su reencauche Cafésalud, con rumbo incierto.
Para el ciudadano la solución no está en huelgas y paros. Eso está demostrado y aprovechado por vándalos, muchas veces dirigidos en lo oculto. Tampoco en comisión de expertos. El timón lo tiene el Gobierno para repartir juego igual con replanteamiento tributario, sin exagerar contra quienes tienen bolsillo grande, sino en justa balanza, frente a los de menores recursos. De lo contrario seguirá la desigualdad social, una vergüenza.