LA OTRA CARA
Todo revuelto
Los candidatos subieron el tono y el nivel de agresión, para entusiasmar las barras, que calientan a los fanáticos del pasado Gobierno y a los seguidores del actual. Poco interesa que se saquen en cara, lo que dejaron de hacer como ministros de Hacienda, que fueron los dos. Las situaciones y las decisiones se toman, según las cifras y realidades de la cambiante economía, aquí y en el mundo.
La campaña a la Presidencia termina con acusaciones y ataques que invadieron las redes sociales, con mensajes denigrantes contra candidatos, sus familias y sus seguidores. Parece elección de una barriada, y no la del gobernante de un país.
La estrategia en Latinoamérica basada en buscar asesores de campaña, expertos en aconsejar la “guerra del desprestigio al contendor”, está mandada a recoger. Se convierte en espectáculo de circo, así le guste a algunos sectores de la ciudadanía.
Los debates comenzaron en medio del desgano del auditorio, sin desconocer temor a observar un cruce de ataques y sin contenido. En vivo aumentó la discusión, basados en cifras, que al final de cuentas, el ciudadano del común no alcanza a digerir si son ciertas o no. Al margen de la paz y los diálogos, tema por fortuna con más respaldo que rechazo, también trataron economía, empleo, vivienda, salud y educación, - nichos- que esperan reformas con urgencia. De todo han hablado sin mayores novedades.
No se desconocen propuestas de ambos lados, para que haya justicia social y acceso ciudadano para defender sus exigencias al Estado y a gobernantes. Tampoco pasa por alto, la oferta de gratuidad en educación, con capacitación técnica. Hace más de 20 años, lo reclama la ciudadanía.
Las expectativas laborales, requieren proyección al futuro con estabilidad. Si bien confeccionistas y manufactureros son ejemplo a puro pulso, con industria nacional exportable, es un esfuerzo labrado hace décadas. Ahora se requiere apoyo planificado. Las horas extras que revivirá el Gobierno son válidas. Si pierde el domingo en las urnas, que no las tumbe el Congreso.
De resto no hubo nada más. Qué podrá esperar, un vendedor callejero, el comerciante en un pueblo de Nariño, o el tendero de Leticia. La Guajira adentro está presionada por narcotráfico y contrabando.
En muchas zonas, el país siembra problemas de raíz. El agro no es solo Boyacá, Cundinamarca, Nariño y eje cafetero. La despensa está en todas partes. Olvidan que lo pequeño hace grandeza. La economía social espera microempresas para el mercado nacional, en lugar de saturar calles con contrabando de mercancía china. Los debates se hicieron con todo revuelto.