LA OTRA CARA
Paz productiva
CUMPLIDA la primera semana de haberse firmado el acuerdo para terminar la guerra, en la ciudadanía se advierte una mezcla de credibilidad con algunos visos de desconfianza, frente al camino que recorrerá el país para llegar a la paz plena, e irritación, por el mal ambiente que le hacen los definitivamente opositores.
Credibilidad, porque distintos medios sociales consideran que los observadores de Naciones Unidas y delegados de los países garantes, evaluaron el documento del Acuerdo con su respectiva interpretación, para nivelarla con criterios de la Misión Negociadora de Gobierno.
Desconfianza, porque pese a lo prometido el pasado jueves, se teme que más adelante, los desarmados cambien el rumbo de algunos puntos, una vez se acomoden o se desacomoden, en las zonas de concentración y campamentos.
E irritación, por excesiva oposición a la paz, que hacen sectores políticos ampliamente identificados en lo político. La insistencia deja pensando, quiénes están detrás.
Mal podría hacerse eco a inquietudes de desconfianza frente al acuerdo, cuando apenas empiezan a llegar más de 300 integrantes de la misión de Naciones Unidas, que irán a las regiones de zonas y campamentos.
Ante la magnitud de exigencias, Gobierno e instituciones privadas, ojalá no se queden en la evaluación de estrategias y estudios que nunca se aplican. Ir al grano debe ser la consigna, para avanzar. El movimiento se demuestra caminando.
Está pendiente que se defina el trabajo que adelantarán los desmovilizados en las zonas de concentración. Es oportunidad para desarrollar actividades agrícolas y preservación ambiental. La mayoría conocen el agro, porque han tenido origen y vida campesina.
Se agregan además posibilidades para elaborar manufacturas y confecciones. Expertos de gremios empresariales del sector deben colaborar para impartir instrucción técnica para producirlas.
Son escenarios propios para profesionales y técnicos del Sena, en cabeceras municipales de departamentos, a los que nunca ha llegado la capacitación requerida.
No puede faltar educación básica para todo nivel. Si se hace un sondeo, las necesidades serán muchas en las 23 zonas de concentración para articular programas de alfabetización a jóvenes y adultos, con dirección del ministerio de Educación.
Paralelo a salud en las zonas puede incluirse enseñanza de enfermería y prestación de primeros auxilios, con orientación de Cruz Roja.
No está lejano un plan bien pensado para que familias de origen campesino refugiadas en cordones urbanos de pobreza extrema regresen a su entorno natural. El objetivo debe ser hacer sociedad integral en este país que busca paz productiva.