JOSE MANUEL RESTREPO ABONDANO | El Nuevo Siglo
Jueves, 4 de Abril de 2013

“Ni tanto, ni tinto”

“Pensamiento único forzado en política es un error”

 

La Semana Santa, en materia política, estuvo cargada de debates entre el Gobierno actual y los ex presidentes de la República. Muchos de esos debates terminaron en expresiones personales o descalificación de antiguas gestiones que deslucen el tipo de relaciones humanas que se deben construir en un país que ha tratado de salir de la violencia, no sólo física sino verbal. Respecto de esta situación habría que abiertamente expresar que efectivamente el lenguaje de dichos debates y el contenido en algunos casos, no debiese darse, o por lo menos que debe moderarse.

Dicho lo anterior, cabe reconocer que estos enfrentamientos tienen explicaciones y culpables de lado y lado, pero que sin duda son incomprensibles para muchos actores de la sociedad. No le queda bien al Gobierno actual descalificar gestiones pasadas, directa o indirectamente, tácita o explícitamente (cuando fue parte activa de ellos) y menos en la forma como se ha venido haciendo. De la misma manera, tampoco queda bien a los ex presidentes entrar en conflictos verbales y personales con altos funcionarios del Gobierno, así en su argumentación puedan tener parte de la razón.

No obstante lo señalado, el Gobierno actual debe recibir de mejor manera la existencia de oposición a sus políticas y de argumentación en contra de sus ejecuciones, incluido el tema del proceso de paz. Si bien todos esperan la paz es entendible que haya un reclamo en el costo para lograrla, en sus implicaciones políticas por la eventualidad de la reelección, o en lo que se puede o debe entregar y aquello que a juicio de otros no debe ser entregado. En otras palabras, la paz no debe ser un discurso homogéneo, ni convertirse en tema tabú del debate político.

Posiblemente el haberse acostumbrado a una “Unidad Nacional” muy sólida durante los primeros años de gestión pudo haber generado la sensación de comodidad por no contar con contradictores. Sin embargo, en la concepción democrática, es indispensable contar con visiones distintas de país, y esas visiones deben ser bienvenidas y evaluadas, para construir.

Si no permitimos esta diversidad de pensamiento será imposible lograr, en el mediano y largo plazo, que el proceso de paz sea verdaderamente una Política de Estado. Será una política de un Gobierno, pero que tendrá serias dificultades hacia el futuro. Allí es donde se hace indispensable una manera distinta de reacción del Gobierno.

El pensamiento único forzado en política es una equivocación.

DE POSTRE

Ante el evidente colapso de la industria nacional, que acumula ya casi cuatro meses de cero crecimiento, y de aumento en el desempleo en el sector, es bienvenida la agenda de corto plazo que propuso la Andi en el día de ayer. Sin embargo, de nada sirve si esa agenda no se convierte en políticas reales y concretas de choque inmediato. Es urgente entender que la industria es un motor de empleo fundamental y que la inacción puede ser un problema estructural gigantesco en el largo plazo.

Jrestrep@gmail.com