¿Italia unicameral?
A quienes tengan dudas en relación con el hecho de que son doblemente nefastos para países desarrollados o en vía de desarrollo, los parlamentos de dos Cámaras, como los de Colombia, Bolivia, Rumania, Afganistán, Zimbabwe, y la República Democrática del Congo, les conviene mirar con detenimiento las muy recientes declaraciones de Enrico Letta, nuevo primer ministro italiano, según las cuales, para buscar salida a las profundas crisis de orden económico y de orden político que está sufriendo su país, resulta necesario suprimir parlamentarios y la modificación de su sistema bicameral, es decir, establecer el Parlamento de una sola cámara, el mismo unicameralismo que también necesitamos en Colombia.
Italia, España y Grecia, lo anotamos hace pocos días, proporcionalmente a sus poblaciones, extensiones y presupuestos nacionales, tienen seguramente los mayores excesos mundiales en dos aspectos burocráticos: primero en sus reparticiones territoriales intermedias que hacen parte del poder ejecutivo y segundo, en el del número exagerado de congresistas que conforman el poder legislativo.
Italia tiene un Senado de 315 miembros y una Cámara de Diputados de 630 legisladores. Los 945 parlamentarios italianos, según se afirma en Internet, son los mejor pagados de Europa y quizá del mundo, algunos de ellos ganan hasta dieciocho mil euros mensuales, equivalentes a unos cuarenta y tres millones de pesos colombianos, ¿así quien no entra en crisis económica ? Y así, quien no entiende la imperiosa necesidad del unicameralismo que está proponiendo el nuevo primer ministro Enrico Letta. España tiene un Parlamento bicameral formado por unos 615 legisladores y aunque sus remuneraciones figuran entre las más austeras de Europa, no dejan de representar un costo muy alto para un país con una crisis económica tan profunda. Grecia cuya extensión territorial es de apenas 131.940 km. cuadrados y población de once millones de habitantes, ya tiene un Parlamento unicameral pero con trescientos legisladores y un número muy amplio de reparticiones territoriales intermedias, con nóminas muy difíciles de pagar.
Dios tenga de su mano al nuevo gobierno italiano y a los doce países europeos, casi todos bicamerales, que hoy están en crisis económica, más grave en unos países que en otros, y que aún no han anunciado modificaciones a sus congresos bicamerales. Y nos tenga de su mano también a los colombianos que no estamos en crisis económica, pero que sí tenemos la obligación de ser previsivos y no despilfarradores de los dineros públicos que se gastan innecesariamente en la mayoría de los parlamentos o congresos bicamerales.