JAVIER A. BARRERA | El Nuevo Siglo
Viernes, 19 de Octubre de 2012

Igualdad de las Farc

Iván Márquez habló esta semana en Oslo. Criticó al Gobierno, a la sociedad civil y libró de toda culpa a las Farc. Según la visión  de Márquez, los colombianos somos responsables de la sangre derramada, los niños huérfanos y los niños soldados.

Casualmente, paralelo al desatino de Márquez, tuve la posibilidad de recorrer buena parte del Cauca por tierra, y debo decir que mientras veía la realidad de este departamento, me cuestionaba sobre la libertad que las Farc se toman para destruir la vida de las personas y a la postre ignorar su rol en todo.

Recorrer una carretera cualquiera es un espectáculo de miseria que indigna, y ser una de las principales responsabilidades que ese grupo narco-guerrillero debería enfrentar.

El Cauca es tierra de nadie. Un punto geográfico en Colombia del cual la guerrilla logró en algún momento expulsar al Estado y usó a la población como escudo económico, de guerra e ideológico.

A punta de atentados los narco-guerrilleros inundaron el departamento con desesperanza para luego, cómodamente, abandonar a esa sociedad a su suerte. No en vano las carreteras del Cauca son intransitables en la noche.

El riesgo ya no es el rencor eterno e insensato de las Farc, tampoco la violencia “correctiva” de los paramilitares. El problema es la miseria que ha obligado a la población civil a vivir de la única forma en que han vivido sus últimos años, con violencia e ilegalidad.

Recorrer el Cauca es enfrentarse a la delincuencia común, esa que se ha convertido en única estrategia de vida para ciudadanos de un departamento olvidado.

Mi opinión pretende ir más allá de la triste miseria que la guerra dejó en el Cauca. Por el contrario, espero que Iván Márquez se pronuncie en términos de una igualdad que va más allá de usar el término como excusa de guerra.

No es posible que ese grupo de maleantes se tome la libertad de destruir la vida de miles de colombianos y hoy, desde la comodidad de una silla, se lave las manos y pretenda responsabilizar al Estado y a la sociedad de sus desmanes.

Asumiendo que la narco-guerrilla “depone” sus armas en el corto plazo, cuál va a ser su responsabilidad en sacar adelante regiones enteras en las que su influencia sólo ha dejado cicatrices, rencor y combatientes.

Sr Iván Márquez: acepte las realidades que las Farc han construido con sus actos. Lo que hizo con su primer discurso fue repetir el ciclo de egos y orgullo con el que personas como usted destruyen a diario la vida de los colombianos.

@barrerajavier