JAIME PINZÓN LÓPEZ | El Nuevo Siglo
Miércoles, 4 de Diciembre de 2013

Pastrana: Memorias olvidadas

 

Las Memorias de los expresidentes de la República son importantes. Nos entrega la suya, Andrés Pastrana Arango, polémica, parcial, porque le faltan temas de trascendencia por rememorar. Cuenta su verdad en episodios como  el de su secuestro cuando era candidato a la Alcaldía de Bogotá, efectuado por orden de Pablo Escobar, del cual se salvó en medio de una operación de Fuerzas del Estado, que tenía el propósito no de rescatarlo sino conseguir la libertad del Procurador Carlos Mauro Hoyos quien, lamentablemente, pereció por acción del “Cartel de Medellín” en sitio distinto del que se encontraba  retenido el expresidente. Sostiene que el  capo lo quería  de rehén para negociar  la No Extradición a los Estados Unidos. Conservo viva la imagen de alegría de Colombia al conocer la noticia del regreso, sano y salvo, de Pastrana. Su relato queda para la historia.

En cuanto a las denuncias de ingreso de dineros del “Cartel de Cali” a la campaña presidencial de 1994, antes de la segunda vuelta, y atribuirle al presidente César Gaviria el calificativo de “eslabón perdido”, porque estaba enterado del contenido de los “narcocasetes”, cuando le hizo entrega de ellos, lo cual Gaviria afirma que no es cierto, estos fueron puestos a consideración de los organismos  competentes. Era claro el interés en infiltrar la campaña y el movimiento de Ernesto Samper  fue permeado, sin su conocimiento, según lo ha  reiterado desde hace veinte años.

El presidente César Gaviria hizo lo correcto. No le correspondía, ni podía juzgar la veracidad de las afirmaciones contenidas en medios extraños sino buscar que los organismos indicados se encargaran del asunto. Fue el fiscal Gustavo de Greiff, quien archivó la investigación solicitada por el mandatario, Pastrana y el propio Samper, que también pedía auscultar las acusaciones formuladas contra su Tesorería.

Fernando Botero Zea, exdirector de la Campaña Samper y ministro de Defensa en su gobierno, por un  lapso, quien se hallaba preso en la Escuela de Caballería de Bogotá, confirmó, en exclusiva entrevista con Yamid Amat, el 22 de enero de 1996, el ingreso de dineros oscuros, pero agregó que él no lo sabía, sino el candidato, palmaria contradicción  porque ¿cómo  se hallaba enterado  del hecho si no había estado al tanto de la recepción de la millonaria suma? Con ese reportaje se desplomó y suministró argumento poderoso para la defensa de Samper.

Sigamos buscando “eslabones perdidos”, y no por el lado del expresidente César Gaviria, ajeno por completo a la criminal empresa de los narcos del Valle. No puede confundirse la forma  de enterarse de la comisión de un delito con el fondo  del mismo. Leeremos con más detenimiento Memorias olvidadas.