Choque de Constituciones
Con gran despliegue los medios de comunicación del continente señalan que el gobierno sandinista impulsa en el Congreso una reforma de la Constitución de Nicaragua, para incorporar nuevas fronteras marítimas en desarrollo de la sentencia de la Corte Internacional de Justicia y respecto de Colombia, fallo que nuestro Estado ha declarado inaplicable.
Las fronteras están incluidas de manera explícita en el artículo 101 de la Constitución Colombiana, el cual establece: “Los limites señalados en la forma prevista por esta Constitución solo podrán modificarse en virtud de Tratados aprobados por el Congreso, debidamente ratificados por el Presidente de la República”. Ningún Tribunal Internacional y menos unilateralmente un Estado, pueden derogar esta norma, ni modificar el Tratado Esguerra-Bárcenas.
Debemos sustentar y desarrollar la determinación de no ejecutar la sentencia. Tenemos que proteger los derechos vitales de sanandresanos, inclusive de nicaragüenses, los de terceros Estados, pesca, navegación, comunicaciones, medio ambiente, protección de la reserva mundial de biosfera Sea Flower, manejo de tesoros sumergidos, zona exclusiva, área económica, subsuelo, espacio aéreo y más.
Cuando Nicaragua amenazaba con una demanda para quedarse con el archipiélago de San Andrés y Providencia, hace más de treinta años, hicimos recomendaciones que no se atendieron. Interpuesta su acción en la Corte de La Haya pedimos no asistir porque se fundamentaba en una declaración insólita del año 1980 y no se atendió el consejo. Después, en curso el juicio, jamás se interpuso la excepción perentoria que propusimos para retirarnos del caso, hasta que vinieron las sentencias del 13 de diciembre del 2007 y del 19 de noviembre del 2012.
La ministra, Maria Ángela Holguín, desde Marruecos, dijo que la providencia es inaplicable porque la Nación no la quiere. Eso es así, pero la afirmación corresponde relacionarla con la Constitución, el Derecho y la participación en los organismos internacionales, sin enredarnos en circunloquios y consultas costosas a abogados nacionales y extranjeros.
¿Para qué la diplomacia secreta? El presidente Juan Manuel Santos ha recibido el apoyo de sus compatriotas, pero viene el choque de Constituciones entre Nicaragua y Colombia. ¿Cómo afrontarlo? La sentencia de La Haya, injusta, inequitativa, dictada excediendo facultades, fundamentada en acto ilícito que se prolonga en el tiempo, tampoco se ejecuta con la reforma de la Constitución nica y si ella se produce quedará en el ámbito jurídico interno de ese país. Sin embargo, el trámite es noticia. Qué Nicaragua siga equivocándose es malo para los dos Estados urgidos de desenredar el fallo, de coordinar labores armónicamente y ¡cuidado! Porque la estrategia de la tortuga, en este caso, es lo más parecido a no tener estrategia.