“Problema complejo que afecta a dos países vecinos”
DIFICULTADES DE DOBLE VÍA
Colombia y Venezuela
EL estado de excepción y el cierre de fronteras por sesenta días, prorrogables, en cinco municipios de Táchira, motivado por el ataque contra una patrulla de la guardia venezolana atribuido a delincuentes de nacionalidad colombiana, resalta un problema complejo que afecta a dos países vecinos y debe tratarse por ambos gobiernos, en forma coordinada, con participación de los organismos de seguridad correspondientes.
Las dificultades son de doble vía, relacionadas con la migración, actividades ilícitas, especialmente contrabando, desequilibrios comerciales y cambiarios, distintas a la manifestación de encajonarlas dentro de una inverosímil teoría de que corresponden a un ataque paramilitar para desestabilizar el régimen del presidente Nicolás Maduro. Ninguno de los dos Estados, solo, está en condiciones de manejar la situación bajo tan errónea premisa.
A través del tiempo, con gobiernos de diferente ideología o dentro de períodos de dictaduras militares, las relaciones cordiales han existido y ahora vuelve a comprobarse la bondad de la convivencia pacífica, al igual que la de perseverar en la sujeción al principio de la No Intervención en materia política consignado en la Carta de la Organización de Estados Americanos.
Es momento de evitar tensiones y a ninguna parte conducen los gritos destemplados emitidos por dirigentes oficialistas venezolanos. El Gobierno bolivariano cometió un acto ilícito internacional con los decretos de “autodefensa” destinados a militarizar áreas en el golfo de Coquibacoa trazando líneas en zonas de diferendo cuando es imprescindible la reunión de las comisiones llamadas a consolidar una propuesta de frontera marítima. En cuanto a la territorial, el episodio que comentamos sirve para recalcar cómo colombianos y venezolanos debemos trabajar comunitariamente. Recuerdo, por ejemplo, que el puente internacional sobre el rio Táchira, entre Cúcuta y San Antonio, se construyó en la década de los años veinte del siglo anterior, por las dos naciones, “para estrechar los lazos de tradicional amistad y servir los intereses del comercio de ambas Repúblicas”.
La oposición en el hermano país insinúa que las medidas de excepción tienden a postergar la celebración de las elecciones parlamentarias programadas para el próximo mes de diciembre. Puede haber algo de eso, pero ningún habitante de nuestras fronteras desconoce la urgencia de reorganizar el proceso migratorio.
El gobierno venezolano se equivoca al achacar a Colombia su difícil situación interna de crisis económica. De otra parte insistimos en la observación sobre la debilidad de nuestra política internacional, particularmente con Nicaragua y los Estados vecinos, sin caer en la cuenta de que nos encontramos con peligrosos vacíos de fronteras.
El encuentro hoy de cancilleres ojalá resulte fructífero para limar asperezas y adoptar determinaciones conducentes a resolver los problemas de la frontera terrestre. Sería bueno, también, determinar fechas de diálogo hacia un acuerdo de frontera marítima.