Chile: ¡No en La Haya!
“Le asiste la razón al decir que ella no es competente”
Enla guerra del Pacífico (1879-1883), que involucró a Bolivia, Chile y Perú, perdió Bolivia ciento veinte mil kilómetros de territorio y cuatrocientos de costa. El Tratado de Paz y Amistad, de 1904, protocolizó que Bolivia quedara sin salida al mar, lo cual condujo a su permanente reclamo, con fundamento en principios de equidad, en la consideración de la utilización de la fuerza para alterar fronteras.
Bolivia demandó a Chile ante la Corte Internacional de Justicia, aduce que existe un centenario diferendo, pide modificación de fronteras, que el Tribunal así lo declare y ordene. Chile afirma que la Corte no es competente para conocer de esta acción. La mandataria Michelle Bachelet ha interpuesto el recurso correspondiente, “decisión que se basa en los principios fundamentales que inspiran la acción de política exterior de mi país y que el gobierno ha mantenido invariablemente. El primero de ellos es la defensa sin claudicar de nuestra integridad territorial y de los intereses nacionales.” El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirma que Chile y Bolivia suscribieron el Pacto de Bogotá y están obligados a someterse a la jurisdicción de la Corte encargada de la solución pacífica de controversias.
Como lo dijimos cuando Nicaragua, en un acto ilícito internacional de 1980, decidió “anular” el Tratado Esguerra-Bárcenas, y luego demandó a Colombia en el 2002, con la solicitud de reconocimiento judicial de la inexistente soberanía nica sobre el archipiélago de San Andrés y Providencia y el establecimiento de frontera marítima diferente del meridiano 82, debimos, como ahora lo hace Chile, exponer por qué dicho Tribunal carecía de jurisdicción, defender la intangibilidad y perpetuidad de un Tratado.
La Corte tardará meses en pronunciarse respecto del libelo de Bolivia, pero asiste razón a Chile en que ella no es competente. La noticia tiene, desde otro ángulo, relación con la declaratoria de no aplicabilidad asumida por el presidente Juan Manuel Santos, de la sentencia proferida, a finales del año 2012, contra Colombia y del enredo creado sobre límites marítimos en el Océano Atlántico al considerar el Tribunal que el meridiano 82 no es frontera entre Nicaragua y Colombia, con el agravante de la presentación de la posterior demanda de extensión de su plataforma continental elevada por Nicaragua. Es oportuno recordar al nuevo equipo jurídico de Colombia en la Haya que no puede adquirir compromisos imposibles de cumplir.
En cuanto a la aspiración de Bolivia a la Organización de Estados Americanos corresponde insistir en la conveniencia de un acuerdo para facilitarle el acceso al mar, lo cual es factible si se llega a un Tratado bilateral de libre tránsito con Chile en área acordada. Eso no es resorte de la Corte de la Haya.