¿Tratarán el tema de La Haya?
Lo concerniente a la no aplicabilidad de la sentencia de La Haya, la cual, tal como está es de imposible ejecución, poco se ha tocado en el curso de la campaña presidencial. El candidato Óscar Iván Zuluaga anuncia que si resulta victorioso en la segunda vuelta dormirá el 7 de agosto en una fragata de la Armada, en el Océano Atlántico, sobre el meridiano 82, para reiterar la soberanía colombiana, la vigencia del Tratado Esguerra-Bárcenas, dice que no es un reto.
Ambos candidatos concuerdan en el punto y eso está bien porque demanda la unidad nacional y se refiere a la paz, a la defensa de derechos humanos, a la geopolítica, a la conservación del medio ambiente, a desenredar la parcelación del mar, a defender intereses de nuestros compatriotas del archipiélago de San Andrés y Providencia.
Sin tocar las equivocaciones cometidas desde el día en el cual decidimos, con base en un acto ilícito internacional de Nicaragua de declarar unilateralmente inválido y nulo el Tratado en 1980, hasta la fecha de declaratoria de línea de aproximación del meridiano y su desconocimiento como frontera marítima en 1912, corresponde descongelar un asunto de interés vital y, sin más diplomacia secreta ni esguinces, informar de qué manera se aplicará la política internacional en cuanto compete con indispensables diálogos, no solamente con Nicaragua sino con terceros Estados poseedores de legítimos derechos en el área, hasta aclarar y definir el problema.
La Corte Constitucional, en reciente providencia, ratificó que ningún organismo internacional está facultado para modificar la Constitución Colombiana y menos el artículo 101 que explícitamente incluye las fronteras y que, cualquier cambio de ellas es obligatorio hacerlo mediante la suscripción de Tratados, debidamente tramitados y aprobados. Para ello hay que dialogar y ser consistentes en los argumentos de la no aplicabilidad. El Gobierno se ha quedado corto en el tratamiento del asunto y, como siempre, por distintas razones, el Congreso se ha abstenido de debatirlo.
Es extraño que el mismo siga en el congelador. Una consulta popular, de otra parte, carece de sindéresis ante un fallo de la Corte de La Haya. No sé si el doctor Zuluaga duerma en la fragata, comprendo el sentido de su gesto y reconozco que el candidato presidente, Juan Manuel Santos, está atafagado de problemas. Las relaciones con Nicaragua, por fortuna, se mantienen mientras dicho país continúa adelantando dos nuevas acciones en La Haya, una de ellas a la búsqueda de extender su plataforma continental marítima a más de doscientas millas y nuestra Cancillería ha anunciado que un grupo de abogados, la mayoría extranjeros y costosos, acompañan a los doctores Carlos Gustavo Arrieta y al doctor Cepeda en el dilatado proceso de Ginebra, camino equivocado en mi concepto. Ahora, con aguas calmadas, debe ponerse atención al tema. ¿Lo tratarán los candidatos antes del 15 de junio del 2014?