Son ya abundantes los comentarios sobre el comprometedor contenido de la reciente exhortación del Papa Francisco, que tituló “Querida Amazonia”. Pero, ante la trascendencia de su tema es conveniente, fuera de leer su texto completo, subrayar al menos algunos de ellos y apuntarle a repercusiones en beneficio de toda la creación visible de nuestro planeta.
Entre esos comentarios, que en distintos órganos periodísticos se han hecho, quiero destacar dos magníficas reflexiones de personas autorizadas publicadas en El Nuevo Siglo, con llamado a aprovechar ese rico contenido. Son las del Director de ese importante diario (13-02-20), y otras del fluido columnista Pbro. Rafael de Brigard, con llamado especial a tener en cuenta lo principal de toda la creación visible, titulada: “´primero los seres humanos” (23-02-20).
No era propósito del Papa, destaca el director Juan Gabriel Uribe Vegalara, entrar en definición de temas como el de la disciplina celibataria del clero en la parte latina de la Iglesia, ni ganar aplausos con ideas novedosas, sino reafirmar el pensamiento católico y cristiano expuesto ya por el mismo Papa sobre la ecología, a la cual se debe dar suma importancia en la labor pastoral. Es que esta “Madre y Maestra” está inmersa, como su propio Fundador, Jesús, que siendo Dios tomó la condición humana para el rescate de ésta su principal obra visible, y a su atención y salvación va dirigida toda su misión. Si se ocupa el Papa y la Iglesia de la Amazonia es por su amor a todo el planeta. La atención pastoral a todo el linaje humano, que ha de ser fundamental en una verdadera ecología, se logrará con hombres y mujeres que se empeñen en amplia labor evangelizadora, como ya ejemplarmente han hecho tantos, unido al esfuerzo dinámico de los gobiernos y con purificación de toda acción injusta contra los nativos, hermanos que todo se lo merecen procedentes de todos los continentes.
Cada renglón del escrito del Padre De Brigard, es un acertado destacar afirmaciones del Papa, con su gran verdad en la que es necesario insistir para descubrir el real valor de lo expuesto en su Exhortación, como es poner en primera línea la defensa de la madre tierra, “casa” dada por Dios a la creatura humana, de tan especial grandeza. Con sumo esmero se preparó el Sínodo sobre estos temas, y en ambiente de gran dedicación y responsabilidad se adelantó con pastores y fieles de la Amazonia. Su propósito, comenta el P. De Brigard, no fue el de deslumbrantes novedades sino un aterrizar en lo esencial del compromiso humano y cristiano, hacia resultados prácticos de una presencia de Iglesia profundamente comprometida con las regiones más descuidadas del mundo.
Hay invitación a todos los estamentos humanos, creyentes y no creyentes, a un esfuerzo común consciente y creciente en defensa de la creación.
Resalta en P. Brigard, que el Papa, como S. Pablo, no se presenta con “persuasivos”, discursos de sabiduría humana (I Cor. 2,3), ni con novedades que complazcan a quienes esperan una Iglesia que atraiga con cambios de disciplina, sino yendo al grano de compromisos con lo fundamental, y así, con bases graníticas, emprender la urgente defensa del planeta comenzando por el ser humano, lo más importante que hay en él.
*Obispo Emérito de Garzón
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