ARRECIFES
Era USA
En el primer capítulo de la temporada uno de The Newsroom, una serie estadounidense sobre periodismo y periodistas que transmite el canal HBO, a Will McAvoy, el protagonista encarnado por Jeff Daniels, le corresponde el tercer turno para responderle a una estudiante de periodismo “por qué EE.UU. es el mejor país del mundo”. Después de dos respuestas previsibles y propagandísticamente correctas de sus compañeros de panel, señala que Estados Unidos no es el mejor país del mundo. Es 7º en índice de alfabetización, 27º en matemáticas, 22º en Ciencia y 178 en tasa de mortalidad infantil. Solo es No.1º indiscutible en tres rubros: número de ciudadanos presos en las cárceles, porcentaje más alto de adultos que creen en ángeles; y, el mayor gasto presupuestal en defensa.
La respuesta de ese periodista puede haber sido dada en un programa de ficción, pero los datos son más ciertos que la letra de un bolero. Cómo también es verdad el resto de la respuesta que entrega. EE.UU. era un país en el que se luchaba contra la pobreza no contra los pobres; fue capaz de librar una cruenta guerra civil por abolir la esclavitud y peleó otras por defender principios éticos; detuvo el fascismo y el comunismo, dos totalitarismos con peores y mejores intenciones, respectivamente, pero totalitarismos al fin y al cabo.
Pero lo más importante y lo que probablemente explique en algo el meteórico ascenso de Donald Trump en las encuestas virtuales de los medios y en las reales de las urnas, es lo que recalca el protagonista de la serie: “hubo una época en que no menospreciábamos la inteligencia, no nos hacía sentir inferiores, no éramos el último voto y no nos asustábamos fácilmente”.
Los EE.UU. hoy están llenos de gente asustada dispuesta a disparar a la oscuridad donde intuye la existencia de todos los monstruos que la aterrorizan. Esa franja, otrora mayoritaria, que creyó asegurado su futuro solo por ser blanca y protestante no está dispuesta a mirarse en el espejo para encontrar al responsable de sus desgracias. Quiere ver hacia México, que para ellos es todo Suramérica; o hacía Afganistán, que para ellos son todos los árabes; o hacia New Orleans que para ellos son todos los afrodescendientes. Por eso es que están dispuestos a llevar a la Presidencia a un impresentable como Trump. No les importa lo que es, sino lo que promete: Un muro que nos impida la entrada a los latinos y una guerra radical contra todo el Islam. Con respecto a los afroamericanos no ha dicho nada, pero no resulta nada tranquilizador que haya aceptado la adhesión del KKK.
Nunca ha sido más cierta esa frase de que los países tienen los dirigentes que se merecen. O sino, mirémonos nosotros.
@Quinternatte