¿Útiles?
La semana pasada, dos de los más caracterizados voceros de la derecha nacional se autoproclamaron como unos de los “idiotas útiles” a los que se refirió el presidente Santos cuando calificó de tales a quienes magnifican los atentados y las actividades de la delincuencia organizada, pues terminan haciéndole el juego a los violentos.
Como si fueran Carlos Dante y Julio Martel en ‘La Pastora’, la pareja radial armó todo un tango -por lo trágico- para recoger el guante del “idiota útil” y enunciar, “al oído”, a dúo y en perfecta sincronización, una extensa serie de hechos violentos que después de oírlos, no se entiende cómo es que la República de Colombia sigue existiendo como tal.
Es verdaderamente curioso y francamente paradójico que semejantes personajes protesten contra el Presidente de la República por la supuesta persecución contra la libertad de prensa que significaría su epíteto. Ellos, áulico el uno, miembro pleno el otro, del gobierno que más insultos, denuestos y persecuciones les endilgó a los periodistas independientes, señalándose ahora ofendidos, es un verdadero chiste. Terroristas, amigos de la guerrilla, guerrilleros de civil y apátridas es lo menos que su amado líder les decía a los colegas de quienes hoy se ofenden pero que jamás alzaron su voz para protestar por semejante tratamiento a sus compañeros de oficio.
Jineth Bedoya, Claudia Julieta Duque, Hollman Morris, Daniel Coronell e Ignacio Gómez, o todos los que padecieron el cierre de la revista Cambio, deben sentirse profundamente ofendidos por aquellos que callaron sobre sus dramas, o que los minimizaron hasta el extremo de la duda o de la ridiculización y que ahora se advierten supuestamente avisados por la alocución presidencial y pretenden ponerse a la misma altura de quienes sufrieron -o sufren aún- verdaderos hostigamientos.
Claro que existe otra probabilidad, la de que el mencionado dúo esté ciertamente preocupado por la situación, pues ellos sí saben de lo que es capaz un gobierno cuando decide aplicarse a perseguir a quienes califica como sus detractores, disidentes o simplemente opositores. Ellos, que son expertos en manipular la información para convertir los “falsos positivos” en simples montajes de la “guerra jurídica”; los desaparecidos del Palacio de Justicia en artificios de fiscales, jueces y magistrados; las chuzadas del DAS en fantasías de la “venganza criminal”; las políticas del Presidente en Santismo-Leninismo, y a cada periodista, fiscal, juez o magistrado en blanco político, tienen claro la zozobra y la angustia que semejantes circunstancias pueden causarles a los afectados y sus familias.
En todo caso sí sería importante que la SIP, el CPB, la Relatoría para la Libertad de Expresión y hasta Seguros Bolívar y su premio de periodismo, tomen atenta nota, no vaya y sea que esos periodistas, tan imparciales e independientes, tomen el camino de la clandestinidad o del exilio, tan de moda ahora entre los miembros de esa organización de mentes tan superiores que sólo se comunican telepáticamente.
Entre tanto, creo que el Presidente tiene razón en lo de los idiotas, pero mucho me temo que se equivoca en lo de útiles.
@quinternatte