Horacio Gómez Aristizábal | El Nuevo Siglo
Domingo, 10 de Agosto de 2014

Elvira Cuervo y el Teatro Colón

 

Hablar  del  Teatro Colón es hablar de cultura en sus manifestaciones más amplias, estimulantes y representativas. Por algo se dice de nuestro país que es “la Atenas de Suramérica”. El titulo se lo ha ganado la nación por mil razones. Los aportes colombianos a la cultura humana han sido valiosos en la novela, la poesía, la ciencia, el deporte y otras disciplinas. Es por esto que el Teatro Colón, ideado por Carlos Holguín a finales del siglo antepasado, ha sido escogido por grandes figuras europeas para sus actuaciones. Infortunadamente por el paso del tiempo y el no mantenimiento adecuado sufrió graves y amenazantes deterioros.

A Elvira Cuervo de Jaramillo le oí numerosas y hondas preocupaciones por la decadencia física del Teatro y fue una de las grandes abanderadas en el empeño obsesivo de fortalecer sus estructuras y reconstruirlo a fondo, respetando su esquema original. Claro que varios personajes se sumaron a esta empresa poderosa. Gratitud inmensa a todos los que han contribuido a este logro extraordinario. Conozco y he estado en espectáculos en el Teatro Colón de Buenos Aires. Hermoso y de proporciones descomunales. El nuestro, por lo barroco y su refinada estética, se puede parangonar con esta y muchas salas famosas del viejo mundo.

El teatro ha sido siempre un eficaz instrumento de integración, de educación, de convivencia y desarrollo cultural y humanístico. El teatro es rico en ideas, en estímulos, en emociones, en conocimientos, en orientaciones. Pocos elementos nos penetran tan hondamente en lo musical y en lo artístico… Por el teatro los pueblos ven, aprecian y valoran mundos desconocidos. Bailes, canciones y nuevas actitudes ingresan a la cultura popular. Multitud de personas se sienten motivadas para actuar en la escena, despertándose todas sus potencialidades. El teatro enriqueció e inmortalizo a Grecia, cuna de la cultura occidental.

“Pan y circo”repitieron los romanos. Por desgracia el derecho a la creación en cierta época romana fue feroz e inhumana, al arrojar cristianos para que los devoraran leones hambrientos. Francia, España, Alemania, Inglaterra, Rusia y otros países han cultivado y cultivan el gran teatro como oportunidad recreativa, formativa y enaltecedora. La cultura del teatro está llena de enseñanzas.

El teatro llega a todos los sectores sociales, los contagia y los impulsa en mil formas diversas. La tendencia del ser humano a “imitar comportamientos” es incontrolable. Y el teatro influye, directa y vivencialmente de una manera avasalladora. A veces sin darnos cuenta. En el inconsciente se siembran gestos, sentimientos, inquietudes y aspiraciones muy fuertes.

El teatro busca entretener, iluminar y sacarnos de la pavorosa rutina cotidiana. Hace soñar e introduce a la persona en un universo lleno de fantasía y de ilusión.

El nuevo Teatro Colón prestará nuevos servicios. Fue un acierto seleccionar como director al prestigioso Manuel José Álvarez. Tiene ambiciosos proyectos. Entre otros, no manejarlo con criterio elitista. Colombia según la Constitución es participativa y diversa. El Colón será para todos. Ricos, pobres, blancos y mestizos.