HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL | El Nuevo Siglo
Domingo, 22 de Junio de 2014

Colombia, país de literatos

 

El  país ha sido prolífico en grandes literatos, gramáticos, poetas y hombres ilustres, en todas las épocas. Se recuerda a José Asunción Silva, Gregorio Gutiérrez González, quien le rindió homenaje a su tierra, a los campesinos. Autor de Memoria sobre el cultivo del maíz en Antioquia. Julo Flórez, el vate romántico; Porfirio Barba Jacob, y muchos más que dejaron huella en las letras nacionales e hispanoamericanas.

En la época contemporánea sobresale Gabriel García Márquez narrador inmenso, el único Premio Nobel que ha tenido el país. Entre los polémicos figuran Fernando Vallejo, moderno actual, José María Vargas, de otro tiempo, un retórico y rebelde. Sus obras desataron polémica. Todos humanistas descomunales, príncipes de la lengua, cabalgaron en el cerril potro de la palabra y las alas de la gloria los tocaron. Almas tormentosas, vagaron por el mundo, degustaron todos los placeres, mordieron los frutos más apetecidos y lo más trascendental, Colombia tuvo protagonismo internacional gracias a sus producciones extraordinarias.

El Instituto Caro y Cuervo publicó en 7 volúmenes la estupenda obra de Laureano Gómez, política, literatura, critica, histórica, polémica. En un volumen habla el caudillo de la moral de las vociferaciones de Porfirio Barba Jacob contra Colombia. Este poeta quedo marcado por la dureza, según sus propias palabras, con que su madre lo trató y lo expulsó de la casa. Culpó a su país de la miseria en que vivió. En su verso terrible afirma: Fueron los hospitales más paupérrimos los que mitigaron mi hambre y mi dolor y en “medio de la tormenta el huracán, mi sufrimiento y mi orfandad”.

Algunos se han referido a Barba Jacob con saña, como el que dijo que “…Fue un poeta indecente, trashumante, sin ética, panfletario, cínico, sablista, vividor, vicioso, pequeño truhán, provinciano dañino, pequeño estafador, exhibicionista de sus hábitos más socialmente condenables, campesino de sus versos” y para finalizar le niega hasta la cristiana virtud de sentir ternura ante su estremecedora poesía. Barba Jacob esta entre los cinco poetas más grandes de América según Eduardo Carranza, León de Greiff, Valencia Goelkel.

Fernando Vallejo en forma delirante ha atacado a su país y a sus compatriotas. Muchas de sus obras han sido galardonadas. Recibió el Premio Rómulo Gallegos por su libro El desbarrancadero – 2003. También se llevó al cine su obra La virgen de los sicarios, exaltada en varios países. Los expertos lo consideran como autoridad en cuestiones gramaticales. Fernando Vallejo renunció de manera radical al gentilicio de colombiano.

Es una actitud soberbia del formidable escritor contra el país que lo vio nacer. Son posturas equivocadas de personas como él de una mente prodigiosa que se refleja en su pluma cáustica un mundo al que da vida a sus relatos que tienen gran acogida, precisamente por lo contestatarios.    

Otro inclemente con el país fue Vargas Villa. Reiteró en mil tonos que sentía vergüenza de ser colombiano y que por eso siempre vivió en el extranjero. Refiriéndose a nuestros presidentes, expresó con ironía. Uno de los mejores presidentes fue Santiago Pérez. Y este seudo humanista hizo dos cosas en su vida, publicar un libro Jacobo Molay, que nunca se vendió y tener un hijo Santiaguito, que ese sí vendía mucho.

Al Nobel García Márquez se le cuestiona por haber vivido más de 50 años fuera de Colombia y su marcado desinterés con su pueblo nativo Aracataca. Sus premios los regaló a extranjeros y nunca se acordó de su región que le dio vida y tema para inmortalizarse. Le critican su cercanía con el dictador cubano Fidel Castro, perseguidor de escritores y disidentes.