“Los valientes compatriotas que sufrieron el martirio”
En el Bicentenario de la Independencia rendimos reconocimiento a los libertadores, destacamos las batallas del Pantano de Vargas y la de Boyacá libradas hace 200 años, pero es justo recordar a los valientes compatriotas que sufrieron el martirio sin alcanzar el triunfo por los excesos de la expedición pacificadora que lideró, desde 1815, Pablo Morillo, duro y cruel, quien para empezar su fatídica misión declaró “rebeldes a todos los que saben leer y escribir”.
Morillo arribó con más de 7 mil hombres embarcados en 56 buques, pasó de Caracas a Santa Marta, sitió Cartagena, parte de su ejército lo comandaba Francisco Morales, a quien él mismo llamaba “el terror de los malvados americanos”. La ciudad heroica resistió el asedio durante 180 días. Cuando se rindió, los españoles solo encontraron cadáveres en las calles, en las casas mujeres y hombres moribundos, la tercera parte de la población había perecido de hambre.
El 6 de mayo de 1816 entraron las tropas a Bogotá, el comandante Miguel Latorre anunció un indulto para “las personas que sirviendo al partido revolucionario, se presenten en 6 días a expresar su arrepentimiento, ellas serán perdonadas”. No hubo tal, Morillo ocupó la ciudad, revocó el indulto, las cárceles y las iglesias no fueron suficientes para albergar presos. Se instituyó el Tribunal de Sangre, cuya labor era la de condenar a muerte. El pacificador no tuvo compasión. En la historia escrita por don Manuel Arteaga Hernández y Jaime Arteaga Carvajal, se relata cómo don Antonio Villavicencio fue fusilado por la espalda como traidor; don José María Carbonell ahorcado, al tardar en morir lo remataron; a Custodio García Rovira, después de ser fusilado, los verdugos situaron su cuerpo en la horca; a José Ayala se le fusiló en la Plaza de San Victorino; Camilo Torres y Manuel Rodríguez Toríces lo fueron en la Plaza Mayor, les cortaron las cabezas y las pusieron en jaulas de hierro; ajusticiaron a don Jorge Tadeo Lozano; el sabio Francisco José de Caldas fue fusilado en la Plazuela de San Francisco, tan de cerca le dispararon que prendieron fuego a sus vestidos.
Miles de patriotas tuvieron que esconderse o huir; a sus mujeres las obligaron a barrer las calles; subieron al patíbulo a Policarpa Salavarrieta y Antonia Santos. Imposible incluir más nombres de precursores mártires. Los citados y muchos otros entraron por la puerta grande a la historia, al lado de Simón Bolívar, de sus generales, oficiales y soldados. Sea esta la ocasión de rendirles tributo, con don Antonio Nariño, nuestro principal Precursor adelante, que sobrevivió a pesar de indecibles padecimientos y logró ver la victoria republicana.