HERNÁN ALEJANDRO OLANO GARCÍA | El Nuevo Siglo
Lunes, 8 de Octubre de 2012

¿Transición institucional?

 

Hace  un par de semanas, el Consejo Superior del Gimnasio Femenino reconoció que se tomó una decisión apresurada cuando respondió la carta de renuncia de la directora Trudy Martínez de Ruiz, a propósito de un proceso de “Transición institucional” que debía darse en el Colegio por recomendación de una consultoría externa, que no tuvo en cuenta la tradición casi centenaria de permanencia de las directoras en el cargo.

Con una nutrida asistencia de los padres de familia, el Consejo tuvo que retractarse de la decisión, acogiendo y haciendo suyos los planteamientos de la comunidad, para que Trudy continuara acompañando a las niñas, a los profesores y profesoras y a las egresadas, desarrollando la excelente labor cumplida durante sus veinte años como directora del Gimnasio Femenino, en los cuales, como tuve ocasión de expresarlo en el mes de mayo, en la columna titulada “Trudy y el Femenino”, se han introducido en el Femenino esquemas de aprendizaje modernos para mantener vigente el colegio, como el Bachillerato internacional, enfrentando los desafíos que impone a las mujeres el mundo moderno. Un árbol que simboliza la historia y raíces del Colegio que le entregaron a la Directora las niñas de la promoción 2013 selló este resurgir.

Reitero, como miembro del Consejo de Padres, que el “Femenino”, es un Colegio cargado de historia, de valores y de principios, constructores de virtudes que han hecho de sus egresadas y hace de sus alumnas, mujeres comprometidas con el liderazgo y el futuro de Colombia.

Colofón. A propósito de la defensa del Derecho a la Vida, que por estos días es tan vulnerado y cuya absurda propuesta de reglamentación hace tránsito como Proyecto 016 en el Congreso de la República, quiero recordar una declaración que como académico, me hace estar en plena sintonía con lo que afirmó hace años el Santo Padre, Beato Juan Pablo II: “Así pues, no tiene razón de ser esa mentalidad abandonista que lleva a considerar que las leyes contrarias al derecho a la vida -las leyes que legalizan el aborto, la eutanasia, la esterilización y la planificación de los nacimientos con métodos contrarios a la vida y a la dignidad del matrimonio- son inevitables y ya casi una necesidad social. Por el contrario, constituyen un germen de corrupción de la sociedad y de sus fundamentos”.

Igualmente, como lo expresó la semana anterior el doctor Juan José García Posada: “Un periodismo que se ponga al lado de la corriente abortista, claudica en sus valores éticos fundamentales. Es la negación de la vocación de defensa de los que no tienen voz”.

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