Espíritu emprendedor
A lo largo de la historia de la humanidad ha existido un interés real por encontrar nuevas formas de hacer las cosas, crear nuevos productos que puedan satisfacer las necesidades del entorno y generar proyectos basados en creatividad e innovación; recordemos cómo Thomas Alva Edison fue considerado un genio y emprendedor nato ya que patentó más de 1.000 inventos diferentes que favorecieron el desarrollo de áreas como la industria eléctrica, el teléfono o el cine.
Edison fue un emprendedor que a punta de mucha perseverancia, disciplina, estudio y pasión logró sobrepasar los numerosos tropiezos que tuvo que enfrentar para superar la tecnología disponible. Pensemos por un instante que para lograr encontrar la forma de que el bombillo funcionara correctamente falló miles de veces hasta que al final encontró la manera eficiente para realizar las instalaciones eléctricas de la época.
Esto es lo que tiene que hacer un emprendedor cuando quiere iniciar una nueva aventura; debe tener claras las ideas, trabajar incansablemente por alcanzar los objetivos propuestos con muy buena actitud e imprimirle grandes dosis de pasión al proyecto; pero quizás una de las cosas más importantes que se debe tener en cuenta, es el aprender de los errores o de los fracasos.
Hoy día es muy común que las personas quieran lograr independencia y estabilidad económica; no quieren depender de sus empleos para generar ingresos y, por el contrario, buscan iniciar sus propios negocios con el fin de generar recursos y convertirse en empresarios. Este es uno de los principales detonantes para que una persona se lance a hacer empresa.
Para tener éxito en la misión se requieren ingredientes adicionales a los que mencioné anteriormente: el emprendedor tiene un “ADN particular”, que lo hace capaz de persistir en su idea incluso pasando por encima de familiares o amigos; adicionalmente, debe aprender a ser cauteloso en la búsqueda de capital, bien sea a través de su círculo cercano o mediante bancos o inversionistas de riesgo, que son aquellas personas dispuestas a apostar económicamente apoyando buenas ideas que luego puedan generar retornos interesantes de la inversión, incluso en las primeras etapas del negocio.
Colombia ha hecho un esfuerzo grande para promover la creación de nuevos negocios y ha entendido la importancia del emprendimiento con calidad y atado a la innovación; por ello ha generado programas de apoyo a través de diferentes entidades, pero aún falta un camino muy largo de recorrer. Algunos esfuerzos privados han contribuido al avance en este campo y ya existen muchos lugares donde las personas pueden encontrarse con otros emprendedores para colaborar entre sí y de esta manera intercambiar buenas prácticas en diferentes áreas. Varias instituciones de educación superior y empresas privadas, con el fin de impulsar esta generación de ideas y proyectos, han creado premios que buscan canalizar las buenas ideas de nuestros compatriotas para luego ayudarlos a estructurar y desarrollar proyectos empresariales innovadores y sostenibles.
Creo firmemente en que esta generación de emprendedores innovadores transformará positivamente nuestra economía con proyectos de talla mundial que contribuirán al desarrollo de nuestra sociedad.